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    Arturo Reyes

    Burladero

    Pues resulta que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez dijo ayer, para variar ante los medios, en su tradicional encuentro con medios de comunicación de la capital, que se hace “… un diagnóstico de cómo se encuentran actualmente las carreteras en el estado”.

    De inmediato vuela la imaginación y se pregunta uno; O sea ¿Qué vuela en sus salidas, o simplemente no sale? O es que su gente solo lo lleva a ver carreteras nuevas, rehabilitadas, “bonitas”, que son las que aparecen en las fotografías de sus comunicados, las cuales lucen hasta limpias en comparación del resto.

    Porque si el mandatario de todos los veracruzanos escuchara no a las autoridades de su gobierno, si no al pueblo, a la población veracruzana a la que “sirve”, se enteraría del estado que guardan las principales carreteras de “su estado”, sí, algunas de influencia federal, pero también muchas del ámbito estatal.

    Y así, se enteraría de que varias (estatales y federales) están prácticamente destrozadas, poco falta, no exagero, ah, pero era prioridad regresar millones y millones a la federación para el “Tren Maya” y así estar en el correcto ánimo del Presidente.

    ¿Y Veracruz? Pues que se lo lleve la… usted sabe, la que nos está cargando con tantos tramos carreteros destrozados, eso además de robos, asaltos y cobros de piso a comerciantes, y en general falta de servicios y planes de desarrollo estratégicos para impulsar el crecimiento económico de nuestro bello estado.

    Incluso Canacintra salió a manifestarse por el mal estado de las carreteras, lo que dijeron, beneficia a asaltantes:

    “… El mal estado en que se encuentran las carreteras de la entidad es aprovechada por la delincuencia organizada para asaltar a los transportistas y robarles mercancía y las unidades automotoras”.

    Y por si algo le faltara, hasta el senador electo de Morena, Manuel Huerta, señaló que “Hay que revisar qué pasó porque no puede ser que hagan obras de mejoría, de mantenimiento, obras nuevas y en muy poco tiempo se descompongan. Quiere decir que hubo mala calidad, falta de supervisión, fraude y alguien tiene que aclarar esto. Se deben reponer porque hay vicios”.

    Puntualizó que carreteras como Pánuco, Huayacocotla, Álamo y Tantoyuca tienen brincos horribles, por lo que es importante auditar las obras: “Recuerdo que el presidente se preocupó, le pidió en ese momento al que era el Delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que hiciera trabajos, y estos no duraron. Entonces hay que revisar”.

    Sin la menor duda Cuitláhuac García ha sido un gobernador “diferente”, totalmente diferente a todos los anteriores y nos referimos no solo a las formas políticas; está y estuvo lejos de seguir, respetar o practicar algo similar a las tradicionales formas de “los del pasado”.

    Rompió esquemas y protocolos; realmente cambió con lo que tradicionalmente se conocía en lo que a temas del gobierno del estado respecta.

    Que mire que no saber, al menos tener una idea del estado de las carreteras del estado, simple y sencillamente está jodido, no hay otra palabra.      

    Y aseguró que “…posterior a ello (al diagnóstico) se atenderán, ya que por el temporal de lluvias algunas podrían necesitar mantenimiento”.

    Que la boca se le haga chicharrón, que requieran más mantenimiento del que hoy ya necesitan, ¿qué, quiere que estén totalmente intransitables? Ojalá que ese mentado diagnostico no vaya a tardar demasiado, y que alguien a quien sí escuche le diga que con o sin lluvias, muchas ya necesitan mantenimiento.    

    Ya falta menos…