Omar Zúñiga
De Primera Mano
Las cosas en el CBTIS 13, de Xalapa, plantel que tantas satisfacciones dio a la capital del estado en términos de educación preuniversitaria, van de mal en peor, luego del sainete perpetrado en mayo pasado.
Así es, lejos de corregirse, como lo exigían los padres de familia, con la salida de Dalia Pérez de la dirección y la llegada del biólogo Manuel Guevara, las cosas no van bien.
Empezaron por cierto, desde mayo pasado, cuando no conseguían completar las fichas de registro para examen de admisión.
El año anterior, por ejemplo, hubo al menos mil 500 solicitudes para ingresar al nivel bachillerato en este plantel, de los 900 que son aceptados.
Se daban el lujo de escoger a su alumnado, como parte de una élite educativa, es decir, era un plantel de los llamados “de primera opción” y en este ciclo escolar –desde mayo- la cosa cambió drásticamente, pues sabemos que apenas consiguieron cumplir con la cuota de los 900 lugares que oferta, es decir, el CBTIS 13 deja de ser “primera opción”, para convertirse de segunda.
Y lo peor puede estar por venir, pues el próximo ciclo escolar, de no cumplir con el mínimo de lugares, empezarán los recortes de profesorado, reasignación de la plantilla laboral…., en este la libraron. Falta mucho, a ver qué pasa.
Pero eso no es todo, y quizá lo más grave es la anarquía al interior del plantel, pues de entrada en el mismo comité de padres de familia, ya empezaron las confrontaciones.
El primer desencuentro tuvo lugar en la más reciente Asamblea, celebrada hace apenas un par de semanas, en la que no lograban ponerse de acuerdo por el asunto de las cuotas al alumnado…
Mientras unos pedían que fuera de 2 mil 200 pesos, el “director” pedía mil 800 y al final se impuso el presidente Rubén Ortega Jasso, con mil 500pesos. Wow.
La diferencia es que hasta el ciclo anterior era voluntaria…
En esa Asamblea votaron hasta padres de familia cuyos hijos ya salieron, como el caso de Enrique Molina, quien se ostentaba como funcionario estatal.
Pero las irregularidades no paran ahí…, resulta que en el periodo del examen de admisión, se acercó con el director Huerta, el señor “Efrén” (así, sin apellidos, pues él lo pidió), empresario dedicado a la maquila de uniformes escolares, con quien la escuela ya tenía relación previa, para plantear su participación en la venta de los uniformes, a lo que Manuel Guevara aceptó.
Y como ya existía trato anterior, Efrén invirtió algo así como dos millones de pesos, pero craso error, nunca existió contrato y un buen día, con la maquila a todo lo que da, recibió la llamada del director de CBTIS13 para escuchar “que dice mi mamá que siempre no”, y sí, dejó colgado a Efrén con sus uniformes y su inversión, perdidos ambos.
No hubo explicación de por medio, sólo un “es deque no me mando solo”, y esta versión se consolida con lo que sabemos: que fue presionado por el comité de padres para poner a sus proveedores. Bussines are bussines, dicen los vecinos del norte.
Para chingarla de acabar, el biólogo –como le conocen al director en funciones- le da todo a los padres de familia y en esa deposición, ha dejado desprotegido por completo al cuerpo docente, quienes han recibido amenazas de los padres de familia de que los van a echar del plantel, por no someterse a sus deseos, como el cambio de calificaciones a los alumnos que ellos decidan, por puro favoritismo, sin ningún mérito académico.
Grosso modo, es el ambiente que priva en le otrora influyente CBTIS 13, a esperar este año, a ver qué pasa…
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Para documentar el optimismo, el insigne rector de El Colegio de Veracruz, Mario Raúl Mijares Sánchez, que recientemente se dio la vuelta y arremetió a patadas contra el pesebre.
Dijo públicamente que el gobernador Cuitláhuac García abandonó la educación humanística.
Y aunque Cuit sea un bueno para nada, lo menos que podía hacer Mijares es respaldar a su gobernador, pues a escasos día de que se vaya de la entidad, parece pura bravuconada de Chihuahueño detrás de la reja.
El caso es que Mijares, con toda su educación humanística encima, se pasa las normas básicas de convivencia (civismo, pues) al estacionar –con prepotencia- su automóvil sobre la banqueta de la calle Felipe Carrillo Puerto de Xalapa, justo afuera de la hermosa puerta de ElColver, pues suponemos que no pudo caminar solamente unos pasos y mejor dejar en claro que ahí solamente él las puede y nadie, le puede hacer nada. Ni el gobernador. ¿Cuál soberbia?
¡Qué barbaridad!