Felipe de Jesús Fernández Basilio
Desde a Janela
“Ya solo restan un mes y quince días para que se vaya a … su rancho”
Después de una pausa veraniega, regresamos dándonos cuentas de que el país se encuentra más lleno de tormentas que los océanos en esta época del año en el hemisferio norte.
Y es que resulta que en este verano que debiera de ser manso, como casi siempre ha sucedido y más luego de unas elecciones en las que supuestamente fue refrendado el gobierno con una mayoría muy amplia pero no apabullante, los escándalos no han dejado de azotar a nuestra república.
Quizá la de mayor fuerza sería el huracán “Zambada” (Ustedes pónganle la categoría que consideren justa), pero lo cierto es que ese meteoro derrumbo los pocos muros de credibilidad que le quedaban al gobierno saliente en materia de corrupción y seguridad.
Y es que, más allá de que si el criminal fue extraído a la Adolf Eichmann, entregado, engañado o lo que sea que hubiera sucedido, lo cual poco importa ya que lo importante es que finalmente ese individuo se encuentra en el lugar en el que debe de estar (tras las rejas) y así se terminó el manto de impunidad que lo cubría y se evitó la creación de una leyenda maligna.
Por cierto, hablando de la impunidad que ese sujeto gozaba, a raíz de su caída descubrimos que los gobiernos de la transformación que fue ni será están coludidos plenamente con el crimen organizado hasta el grado de que un comandante de la policía ministerial, sí esa que se supone que conduce a los delincuentes ante la justicia, era el responsable de garantizar la seguridad del caído criminal.
Así es, de todo lo que trae esta novelita, lo más escandaloso es la protección estatal brindada a los delincuentes.
Un punto que, por cierto, nadie ha contradicho; porque, ciertamente tanto el saliente como su extensión la entrante y otras autoridades se han carbonizado el brazo completo defendiendo al gobernador de Sinaloa, quien en otras ocasiones ha admitido acuerdos con el crimen o criticando a los E.U. por haber realizado la operación indeseada para los actual y próximo gobiernos, nadie ha reparado en el hecho que un supuesto agente del orden fuera el escudero del criminal.
Con ello, la verdad, salen sobrando las justificaciones que pretenda dar la autoridad y se justifica plenamente el que E.U. no de ninguna explicación al gobierno.
También en este verano azotaron a México las tormentas “Nicolás” y “Vladimir”, par de meteoros que impactaron allá por los rumbos de Tlatelolco, allá en donde se encuentra la secretaría de Relaciones Exteriores.
Y es por decir lo menos, resulta inverosímil que el gobierno mexicano no solo sea displicente con ese par de tiranos concediéndoles toda la credibilidad posible, sino que para colmo los llena de elogios y atenciones; realmente es impactante hasta qué grado se ha rebajado la diplomacia mexicana.
Realmente es inexplicable la predilección de este gobierno por los tiranos y genocidas tanto en al exterior como al interior de este país; para el gobierno mexicanos merecen todo el respeto tanto Maduro como Zambada, de verdad es patológica esa fijación por personajes que se dedican a hacer el mal.
Y aunque los nada buenos de Nicolás y de Vladimir son invitados de honor de honor a la toma de posesión (hoy por hoy es un decir) de la Sheinbaum, lo real es que ninguno de los dos podrá asistir a dicho huateque tropical, porque ambos tienen su respectivo rancho en llamas, ya que el primero no logra justificar una reelección que no logró y el segundo tiene que atender algunos sucesos militares inesperados como lo es el que le hayan invadido su país.
Luego también tenemos la tormenta de la prisión preventiva oficiosa, la cual se empecinan en ampliar pese a que hay hasta sentencias internacionales que obligan a México a eliminarla de su sistema jurídico y así cada vez confirmaremos que México es el país de los absurdos; nada más imagínense que una de las estrategias legales más socorridas en este país es el de buscar terminar rápidamente un juicio para ser sentenciado, ya que incluso resultando culpable es posible evitar la prisión mientras que estando procesado, aunque se sea inocente, esta es inevitable.
Y, por último, mencionaremos otras depresiones tropicales que han impactado en el país, una de ellas se llama “Ana Gabriela” caracterizada por la soberbia y la corrupción; tenemos también a “Beatriz” que dice no ser primera dama, pero se apodera del Zócalo para presentar un libro ante toda la plana mayor de los gobiernos salientes y entrantes y así un sinfín de meteoros que merodean por este atribulado y revuelto país.
Ah, se me estaban olvidando unas brisillas, que de tan tenues que son que ni se sienten, los partidos que se suponen deben de ser la oposición y esos airecitos no se notan porque, para variar están ocupados sus inútiles dirigencias en repartirse sus migajas y tienen en un descuido total el rumbo de la política nacional.
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