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    José Luis Ortega Vidal

    Claroscuros

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    La tarde de ayer el senador Miguel Ángel! Yunes Márquez compartió un mensaje en su red X (antes Twitter), donde aparece fotografiado junto a la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
    El aún panista veracruzano se ubica en el lado izquierdo de la presidenta, quien mantiene junto a su brazo derecho al también senador Adán Augusto López Hernández.
    “Me reuní con la Doctora Claudia Sheinbaum para desearle mucho éxito en su gestión como primera Presidenta de México”, escribió el legislador que fue noticia nacional e internacional el miércoles once de septiembre, al otorgar el voto decisivo a favor de la Reforma Judicial del presidente López Obrador.
    Si la polémica jornada senatorial de la semana pasada sacudió el escenario político del país y el de la entidad veracruzana en particular, la fotografía de Yunes Márquez junto a la presidenta ha marcado a nivel profundo la agenda inmediata del poder y -en el caso de Veracruz- el calendario electoral local del 2025.
    Los acuerdos entre el clan Yunes Linares-Márquez con la 4T bajo control de AMLO, evidentemente han otorgado patente de corso a la llamada familia del estero.
    Desde el once de septiembre abundan versiones especulativas respecto a los beneficios otorgados a MiYuLi y sus hijos a cambio del voto de Judas.
    Hubo quienes opinaron que todo quedó en la mera impunidad.
    Otros, calculan que a los carpetazos de órdenes de aprehensión, se añadirían las alcaldías de Veracruz y Boca del Río.
    Nadie planteó un acercamiento personal entre el senador azul y la presidenta electa.
    Y bueno, la recepción de Claudia Sheinbaum a Yunes Márquez deja muy clara la existencia de más puntos en el quid pro quo de los traidores y la 4T.

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    ¿Qué más pidió el mensajero Adán Augusto López Hernández?
    ¿Qué más ofertó el tabasqueño que si bien aparece junto a Claudia Sheinbaum y Yunes Márquez, ha sido, es y seguirá siendo una pieza que sólo se mueve al son que le toca su paisano, casi hermano y líder Andrés Manuel?
    Más aún:
    ¿Qué pidieron los Yunes Linares-Márquez? ¿Qué consiguieron padre e hijo? ¿A cambio de qué?

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    La operatividad de Adán Augusto en torno al clan Yunes va más allá del voto de Judas.
    La fotografía difundida ayer corrobora una verdad de Perogrullo: Andrés Manuel López Obrador no entregará el poder presidencial a Claudia Sheinbaum el próximo martes primero de octubre.
    Está muy claro: el pacto con los Yunes lo ordenó –o avaló- AMLO y Adán Augusto sólo lo operó.
    Tal acuerdo rebasa, con mucho, el estricto interés del voto por la Reforma Judicial, de suyo muy importante, clave, para cerrar la alianza entre el clan del estero y el grupo Tabasco que permanecerá activo y muy poderoso en la Realpolitik nacional durante el próximo sexenio.

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    Claudia no operó la Reforma Judicial y Sheinbaum no se pudo mover sola en la planeación y realización del encuentro con Adán Augusto y Miguel Ángel Jr.

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    La de Miguel Ángel Yunes Linares es una carrera política de alto nivel en los pasillos claros y oscuros del poder estatal y federal, donde ha traicionado y eliminado a quienes estorbaron a sus fines.
    De modo que Yunes Linares no tendrá empacho en utilizar a Claudia Sheinbaum, si recibe la orden de Andrés Manuel López Obrador, y tampoco padecerá pena alguna si es la presidenta quien le indica hacer a un lado a AMLO.
    Su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, sólo obedecerá.
    Y en medio de estos escenarios potenciales, el líder y la figura habrán de operar para conseguir sus nuevas metas.
    Desde luego, AMLO los paró y AMLO los podrá volver a parar si lo decide.
    Pero no se mira otra mano capaz de controlar al único ex gobernador panista de Veracruz una vez activado dentro de la 4T, a menos que Claudia demuestre lo contrario.
    Ya se les coló, ya lo dejaron entrar, ahora tendrán que atenerse a las consecuencias.

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    Por lo pronto, la fotografía de los senadores tabasqueño y veracruzano a lado de presidenta electa, deja muy en claro que el líder es Andrés Manuel López Obrador y la figura es Claudia Sheinbaum.
    A partir del primero de octubre México vivirá una diarquía.
    Al paso de los días, las semanas y los meses, iremos viendo si la presidenta se quita de encima el peso del todopoderoso AMLO, o éste construye el maximato que hoy niega…
    Es un hecho que Sheinbaum encabezará el equipo burocrático del Estado.
    Pero al partido, a los poderes Legislativo y Judicial, una parte de las gubernaturas, las agendas electorales, así como estructuras con peso propio como las fuerzas armadas y el combate al crimen organizado, no se visualiza quién las manejará o -por lo menos- tendrá influencia de fondo en su operación.
    Y ahí aparece el presidente que pronto será un ex con toda la influencia que desee.

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    AMLO no comparte el poder; ya sabremos si la primera mujer con derecho y obligación de sentarse en la silla del águila y la serpiente, asume el mismo rol o sucumbe al terreno minado que le será entregado junto con la banda presidencial dentro de doce días.