Brenda Caballero
Números Rojos
¡Mira! ¡mira! –dice una mujer, mientras otra expresa admiración. De momento se escucha un grito: “¡Ya se lo llevó! ¡Ya se lo llevó!” Los gritos suben de tono ¡El arroyo se lo llevó! Entre el bullicio de las presentes se cuestionan el nombre “¿Quién es? ¿Juvenal? ¡No, es Rodrigo!”, contesta otra mujer allí presente.
Siguen los gritos, pero al final del video se escucha a una mujer decir: “¡Por eso! ¡ya se murió!, se debe haber pegado en las piedras. ¡Se lo llevó! ¡Lo grabé! ¡Lo grabé!”
Lo que acabo de describir es el audio de un video que circuló en redes sociales donde se ve que un hombre lucha contra la corriente ocasionada por las fuertes lluvias para salvar su vida. Por desgracia, trata de voltearse para sujetarse del puente y poder subir a él y es cuando el agua lo arrastra, deslizando su cuerpo bajo el mismo y cayendo en el arroyo.
Hoy se sabe que esos hechos acontecieron en la Comunidad La Victoria, en Catemaco, Veracruz. donde la persona que cayó a la corriente es Rodrigo Rodríguez, de ocupación pescador.
El video que se hizo viral en las redes sociales causó una total indignación en la población al cuestionar a las allí presentes el porqué no lo ayudaron.
¿Pudo haberse salvado? Desde luego que sí, había tantas posibilidades, pero quizás no deseo y ganas de salvarlo. Tal vez si le hubieran arrojado una cuerda, alguna prenda de ropa de las allí presentes, la sombrilla que se ve en el video, o a lo mejor hacer una cadena humana para sujetarlo.
Pero el Hubiera no existe y prefirieron seguir grabando el hecho hasta que sucede la tragedia, para al final decir “¡Lo grabé! ¡Lo grabé!” Cual trofeo que dará muchos likes en redes sociales y regodearse con la fama de haber estado allí en el momento del suceso.
Pero el caso de Rodrigo no es nuevo, constantemente vemos videos virales donde se prefiere sujetar el celular y grabar los hechos de la desgracia que ayudar a salvar la vida.
O aquellos llamados youtubers que hasta pierden la vida por tomarse aquella foto o video que les generará millones de likes y sus 5 minutos de fama.
¿Por qué hemos llegado a este punto de indiferencia como sociedad? Es otro de los cuestionamientos que debemos hacernos pues tal parece que la indiferencia, la falta de empatía ante la desgracia y la generación del morbo reinan en la actualidad.
El caso de Rodrigo no debería eximir a las allí presentes de señalarlas por omisión de auxilio al grabarlo en lugar de ayudarle a salir de la corriente.
Tal vez en un futuro, ojalá no muy lejano, se legisle y sancione a todas aquellas personas que graben los momentos en los que una persona está en peligro de gravedad o muerte, pues es urgente darle like a la vida.
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