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    Vicente Luna Hernández

    La realidad es que las y los ciudadanos están atrapados en los hechos cotidianos de la vida, los gastos en casa, en educación, los gastos en la familia y las noticas devastadoras provocadas por fenómenos naturales y los hechos de violencia provocados por los grupos de la delincuencia organizada, nublan la vista del pueblo de México para ocuparse de los actos que llevan a cabo la clase gobernante en el Congreso de la Unión y en los Ejecutivitos estatales, ¿qué es la Supremacía Constitucional?

    ¿En serio el pueblo votó para que la voz del legislativo – mayoría oficial – sea la voz de Dios? ¿El pueblo votó para que en dado caso de una aberración jurídica – como suele haber en toda legislatura con mayoría calificada – aprobada por el Congreso de la unión – con relación a la carta magna – no pueda ser impugnada por los ciudadanos? ¿Acaso la supremacía constitucional fue una propuesta de campaña? ¿Cuándo se le pregunto al pueblo sobre la supremacía constitucional? O ¿de qué pueblo están hablando?

    El tema concreto: se trata de impedir que cualquier adición o reforma a la Carta Magna sea impugnada a través de Controversias, Acciones de inconstitucionalidad o Amparos, en palabras coloquiales. “Palo dado ni Dios lo quita”, ¿esas reformas son parte del segundo o tercer piso?

    Es cierto que muchas veces se ha reformado la constitución a favor de los intereses del grupo político en el poder, también es cierto que ante atropellos legislativos siempre hubo una oposición en las Cámaras y en la calles – por lo regular encabezadas por el PRD – sin embargo, hoy la oposición ha perdido la calle y por lo consiguiente quedó muy disminuida en el Congreso de la Unión, por lo tanto, salvo algunas voces aisladas, son las asociaciones de la sociedad civil organizada, grupos empresariales, grupos eclesiásticos entre otros, los que tienen mayor credibilidad y más peso ante la opinión pública y son los que dan la batalla ante la ausencia de una oposición más estridente pero menos efectiva.

    Lo cierto es que con la composición actual del Congreso de la Unión, la alianza oficial puede hacer y deshacer y están acelerados en esa tarea, más esa mayoría legislativa debe tener presente las palabras que recibió Peter Parker de su tío Ben: “ Un gran poder con lleva una gran responsabilidad” esa mayoría legislativa es para mejorar y fortalecer el Estado de Derecho que – por lo regular – es un Estado débil en México, sus acciones repercuten en todo los ámbitos de la vida pública del país, pensar que son infalibles es el pecado que se comete al caer en la soberbia legislativa, ¿transformar para caminar hacia adelante o dar unos pasos hacia atrás?

    Lo cierto es que la propia mayoría legislativa oficial puso, quitó, adicionó, pospuso, subió, bajó modificaciones constitucionales para que al final por ser la voz del pueblo – o sea la voz del régimen en el poder – la supremacía constitucional va, sin embargo, la pregunta es: ¿la supremacía constitucional limita el acceso a la defensa de derechos? ¿Las reformas a los artículos 105 y 107 constitucionales fortalecen el Estado de Derecho?

    El artículo 105 se propone quedar así: 

    “Son improcedentes las controversias constitucionales o acciones de inconstitucionalidad que tengan por objeto controvertir las adiciones o reformas a esta Constitución”.

    El artículo 107 se propone así: 

    “No procederá el juicio de Amparo contra adiciones o reformas a esta Constitución”.

    El artículo 103 se propone así: 

    “No cabe juicio o procedimiento alguno, en ningún caso” en la forma, procedimiento de las reformas o adiciones a la Constitución”. 

    La realidad es que por el bien de todos debe prevalecer la cordura y la sabiduría para legislar a favor de México, el poder otorgado en las urnas no debe nublar la razón de quienes hoy reparten el pastel y mañana, tal vez, tal vez, estén del otro lado de la historia.

    P.D.- Con el ánimo que los temas legislativos sean motivo de debates públicos por el bien de todos…Escribiré otro día.