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    Felipe de Jesús Fernández Basilio

    Desde a Janela

    En un solo mes se cayeron todas las máscaras y el gobierno de Sheinbaum se mostró tal y como es: autoritario, retrógrada y con una vocación marxista trasnochada.

    Ha pasado un mes y del auto eléctrico nada se sabe, tampoco de la construcción masiva de casas ni de algún otro de los compromisos desarrolladores de la sociedad, que más allá de su insensatez o de su sensatez, ofreció la presidente en su toma de posesión.

    En cambio, la agenda pública ha sido dominada por la destrucción exprés del poder judicial, por la inhabilitación del control judicial sobre cualquier acto del gobierno y/o de su rebaño legislativo y por la militarización del país.

    Así es, para el recién iniciado gobierno el desarrollo de los mexicanos se encuentra en un segundo plano y solo se atenderá cuando se pueda y si se puede.

    En cambio, el control constitucional, la destrucción del sistema nacional de transparencia, la eliminación de la regulación comercial técnica y autónoma (por eso se vio a Slim salir muy feliz del palacio), la militarización del país y la asociación entre gobierno marxista – bananero y mafias criminales, son la prioridad de la, solo teóricamente, doctora que nominalmente encabeza el gobierno mexicano.

    Y en efecto, es meramente retórico el grado doctoral que la presidente ostenta; ya que, al ser una persona estudiada, lo mínimo que se puede esperar de ella es que entienda y respete el marco legal vigente en México y que, en consecuencia, acate las resoluciones judiciales que frenan los actos de autoridad llevados a cabo por su gobierno.

    Más no, la presidente se comporta como una persona que no tiene más ciencia que sus creencias y sus emociones; y ello explica el por qué en lugar de acatar y, en su caso impugnar por las vías legalmente establecidas cuando no esté de acuerdo, las resoluciones que le ordenan hacer o dejar de hacer determinado acto.

    Y el mes se fue con Sheinbaum desobedeciendo decenas de mandatos judiciales, siendo lo peor el que se jacta de ello como si su actuar fuera algo heroico, cuando en realidad es sumamente despreciable.

    Siendo aún peor el que la conducta presidencial sienta un precedente y en consecuencia, los levanta dedos que ocupan curules y escaños hacen exactamente lo mismo y, seguramente, igual harán gobernadores, alcaldes y demás funcionarios públicos.

    También, hemos visto en este mes que la supuesta científica en lugar de actuar con el rigor que la disciplina que dice conocer, basa el desempeño de sus funciones en la creación y reproducción de rumores mal intencionados; y un claro ejemplo de ello es que critica burlonamente a los ministros que renunciaron a sus cargos, al tacharlos de ambiciosos por no querer perder sus prestaciones legales; pasando por alto que la reforma que su jefe y ella mandaron a hacer, así lo establece.

    O sea que la se hace llamar doctora y que gusta que la reconozcan como científica, ni siquiera leyó lo que apoya; porque si lo hubiera hecho, se hubiera dado cuenta que así quedó establecido en la reforma que tanto promueve y que dice que va, porque va.

    Así es, en este primer mes de gobierno ha quedado claro que la ciencia y la supuesta seriedad que tanto ofrecieron en campaña no eran más que pura propaganda, ya que lo que único que hemos visto es la subordinación de todo el quehacer de la ocupante de palacio a un dogma, en este caso el marxismo bananero versión latinoamericana.

    Y sí, lo de la científica resultó un engaño, tal y como aquí se advirtió, ya que una verdadera persona de ciencias evita toda clase de dogmas y más cuando estos son claramente superados por la evidencia científica; tal y como acontece con el fracaso económico y social del marxismo.

    Y bastó solo un mes para que ella misma se descubriera.

    felfebas@gmail.com

    Twitter: @FelipeFBasilio