Bernardo Gutiérrez Parra
Desde el Café
Alguien que se acordó de último minuto, le sugirió a Cuitláhuac García que se bañara, se acicalara, se peinara, se pusiera un saquito dominguero y órale, a retratarse para su único promocional de fin de sexenio. Y es que quizá por la austeridad nomás es un promocional el que se publicó en los medios donde se le ve sonriente, haciendo la señal de la 4T frente a un puente que ve a saber dónde se construyó lector y rematando con dos palabras: ¡Misión cumplida!
Ora pues.
El viernes anterior y mientras el gobernador anduvo de perrito faldero detrás de la Presidenta Claudia Sheinbaum, la jefa de la Oficina de Programa de Gobierno, Waltraud Martínez Olvera, ocupó el día para entregar el texto del Sexto Informe en el Congreso local y aprovechó los reflectores para decir una sarta de sandeces y mentiras.
Dijo que el de Cuitláhuac se caracterizó por ser un gobierno humanista con principios de honestidad, justicia y democracia. Y esa fue su primera sandez.
Bastará que le pregunten a un par (sólo a un par) de los miles de veracruzanos que padecieron cárcel acusados de “ultrajes a la autoridad” sobre el humanismo de Cuitláhuac, para ser testigos de la cantidad de improperios que proferirán.
Y si no hubo humanismo, menos hubo honestidad, democracia o justicia.
Un estudio realizado por la Universidad Metropolitana reveló que Veracruz es una de las entidades donde más se violan los derechos humanos y el gobierno de Cuitláhuac ha sido el más represor de los últimos 30 años.
¿Entonces?
Pero Waltraud continuó desbordada.
“Es relevante mencionar que la percepción de seguridad y la confianza en las instituciones se han elevado consistentemente. De hecho, la percepción de seguridad en las mujeres ha alcanzado un máximo histórico”, aseguró la funcionaria.
¿De dónde sacó semejante falacia cuando ocho de cada diez veracruzanas se sienten inseguras en la entidad? De su desfachatez, naturalmente.
Apenas en octubre y al hablar de los 18 mil feminicidios que se cometieron en el sexenio de López Obrador dije: “Uno de los estados que encabeza la lista macabra es Veracruz, a cuyas mujeres les prometieron que no habría ‘ni un feminicidio más’. Pero el sujeto que hizo esa promesa se irá dejando más de 2 mil mujeres cruelmente asesinadas”.
Y a renglón seguido agregué: “Al igual que su jefe Andrés Manuel, Cuitláhuac García cerró los ojos ante la multiplicación de los feminicidios, se dedicó a soltar frases alegres y falaces (Les informo que el número de feminicidios ha bajado un 50 por ciento en nuestra entidad, dijo recientemente). Y a descalificar y acusar de amarillistas a los medios que han tenido la mala costumbre de contradecirlo con datos duros”.
Waltraud aseguró que la actividad económica creció recuperándose de la caída con la que se recibió en 2018.
No pus guau pero a ver…
Esta sería la primera ocasión en la historia de la humanidad que un estado de donde se fueron el 72 por ciento de las empresas por la inseguridad y porque el gobierno estatal les hizo la vida de cuadritos, haya crecido económicamente.
¿Alguien puede explicar esta contradictoria ecuación?
De unos meses a la fecha los jilgueros del gobierno han repetido hasta la náusea que 200 mil veracruzanos dejaron su condición de pobres. Y es verdad. Lo que nunca han dicho es que ese mismo número cayó en la pobreza extrema. Es decir, brincaron para abajo.
“Ahí están las cifras” ha dicho socarrón Cuitláhuac. Y sí, ahí están las cifras, como también están 200 mil veracruzanos más deambulando con su miseria a cuestas y durmiendo bajo la lluvia o la luz de las estrellas.
Pero Waltraud prosiguió impertérrita: “Todas las expresiones sociales han sido atendidas”, frase que seguramente avalaron y aplaudieron las mujeres violentadas, las madres de los desaparecidos, de los niños con cáncer, de los menores que se quedaron sin estancias infantiles y las víctimas de los feminicidios con quien Cuitláhuac tuvo un “estrecho contacto” y apoyó “como nunca” durante su sexenio.
Lo cierto es que hay cosas que no empatan.
Si el gobierno de Cuitláhuac ha sido el más humanista, honesto, justo y demócrata que ha tenido Veracruz (según la señorita Waltraud Martínez), ¿por qué el ingeniero mecánico electricista es considerado el peor gobernador en la historia de la entidad?
¿Qué ganan con mentir cuando el abandono en que tiene Cuitláhuac a los veracruzanos es más que evidente?
Si algo es verdadero en esta tragedia, es que Cuitláhuac García encabezó un gobierno (que salvo un par de honrosísimas excepciones) estuvo plagado de zánganos, vividores, mantenidos, corruptos, ladrones, bandidos y usureros.
Uno de ellos debió sugerirle que se bañara, se acicalara y se peinara para aparecer en un promocional diciendo: ¡Misión cumplida! Cuando su gobierno fue de una incompetencia, dejadez, abuso de autoridad, cinismo, corrupción, latrocinio y una desfachatez descaradas.
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