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    Omar Zúñiga

    De Primera Mano

    Este jueves 28 de noviembre fue un día de singular importancia en la vida política de Veracruz.

    Ricardo Ahued, a punto de convertirse en exalcalde de Xalapa, rindió su tercer informe de labores al frente del Ayuntamiento…y el último.

    Este domingo 1 de diciembre se convertirá en el nuevo secretario de Gobierno del estado de Veracruz.

    Estas dos circunstancias ocasionaron que el Palacio Municipal de Xalapa luciera abarrotado de la crema y nata de la actual política jarocha y no es exageración.

    Puede o no gustar, pero quien gobernará Veracruz los próximos 6 años, Rocío Nahle, estuvo acompañada (flanqueada de hecho), por las titulares de los otros dos poderes Legislativo Tanya Carola Viveros (quien a pesar de que llegó tarde, lo hizo ataviada con hermoso par de tenis, enfundada en unos jeans azul chiclamino, como acabada de despertar) y del Judicial (TSJ) Aurelia Jiménez; es decir los tres poderes ahí reunidos.

    Pero también se dieron cita diputados locales y federales, incluido por supuesto el profe Esteban Bautista presidente de la Jucopo, el líder de la bancada del PVEM Marcelo Ruiz; personajes como el maestro Alberto de la Rosa, además del gabinete entrante y por supuesto, Alberto Islas, quien tomará la batuta de Xalapa a partir de este sábado a las 9:30 horas.

    Delia González Cobos auditora superior del Orfis, acompañada de la consejera presidenta del OPLE, Marisol Delgadillo, líderes empresariales, religiosos, en fin…

    Cientos de invitados, entre los que también estuvieron “los de a pie”, arropando todos a quien es el personaje del momento: Ricardo Ahued.

    Más allá del contenido del Informe, que ciertamente no es poca cosa y donde dijo que se va con la frente en alto porque hay “misión cumplida”, el mensaje político alrededor de Ahued Bardahuil es importante, mucho.

    Empieza con el pie derecho, con un espaldarazopocas veces visto. Enhorabuena.

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    La alusión a dos regidores ocasionaron cejas levantadas. La primera para Martha Valentina Domínguez Vázquez, vieja conocida y amiga de Ricardo; y el más significativo, fue la deferencia mostrada al referirse a Alfonso Marcos García Castillo. ¡Bien por el regidor!

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    Ah, también estuvo por ahí Cuitláhuac García, sin poder quitarse el sonsonete que ocasionaba la gracia del Nerón de Macuspana, pero ahora causando lástima, pena, hasta ternurita le dijeron, al no poder hilar una frase de manera congruente, opacado y apabullado por el enorme peso de un secretario de Gobierno que entra con toda la fuerza y con una gobernadora que le hizo sentir su fuerza, para terminar humillado.

    Termina como empezó, ninguneado, sin haberse dado cuenta cabal de dónde estaba parado.

    Dicen que hoy dará un Informe que abarcará los seis años que estuvo al frente del Gobierno, y la previsión es que dure lo mismo que un pedo en una hamaca. 

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    Reconocimiento especial merece el personal que realmente se la rifó mientras todos estaban atentos al discurso.

    Para ellas y ellos, encargados de limpiar los baños, un aplauso fuerte, sonoro, porque nunca dejaron de chambear para que aquello estuviera digno durante todo el evento, sin quejarse y trabajando con gusto. Diría el ínclito, ¡aplaudo y me paro de pie!

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    Quien también anduvo por ahí merodeando fue el otrora poderoso Marcos Theurel Cotero, que llegó al recinto municipal, pero no para atestiguar el Informe de Ricardo Ahued, sino para buscar una oportunidad y abalanzarse sobre Rocío Nahle.

    Hasta desaliñado, con botas de trabajo (que al final cambió por unas negras), buscó acercarse a la gobernadora; lo hizo al principio y aguantó hasta el final, indómito. 

    Fue bateado.

    ¡Qué barbaridad!

    deprimera.mano2020@gmail.com