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    Agustín Basilio de la Vega

    El Senado mexicano aprobó en lo general y particular la reforma constitucional que elimina 6 organismos autónomos y transfiere sus funciones a dependencias del Gobierno federal. México pierde los siguientes organismos: Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU), Comisión Reguladora de Energía (CRE) y Comisión Nacional Hidrocarburos (CNH).


    Las instituciones autónomas evitan que el gobierno sea juez y parte en la evaluación técnica de los resultados de las políticas públicas, evitan los abusos de las empresas propiedad del Estado y protegen los distintos derechos humanos que pueden ser vulnerados por servidores públicos entre otras atribuciones.
    Por ejemplo, el INAI garantiza que las dependencias del gobierno no escondan cuánto cuestan las obras públicas y no se usen los datos personales de manera indebida, el CONEVAL revisa y evalúa si de verdad se reduce la pobreza en México con los programas y las obras públicas y la Cofece contribuye como arbitro para evitar los monopolios tanto Estatales como privados.
    Pese a las grandes ventajas que ofrecen a la población estos organismos, la actual administración los eliminó y pone en riesgo 14 tratados internacionales de libre comercio que tiene México con 50 países, mismos que exigen reglas claras y autoridades imparciales. Estos acuerdos sirven para la promoción y protección recíproca de las Inversiones, para limitar de abuso de ciertas regulaciones y para beneficio mutuo de las poblaciones con artículos y servicios de mejor calidad y precio.
    La presidente Sheimbaun al eliminar árbitros y contrapesos, pretende que las empresas públicas como PEMEX y CFE tengan ventaja sobre las empresas privadas. Esto irremediablemente hace que el país pierda eficiencia y competitividad y se incremente la deuda.
    El ejemplo de la venta de tamales viene bien para explicar el desastre: la señora que vende 100 tamales a $15.00 pesos gana al día $1,500.00 y paga sus impuestos, el gobierno ve que son buen negocio los tamales por lo que le expropia la olla de tamales y contrata a un gerente para que dirija la empresa pública (Tamales del Bienestar), contrata una cocinera y un vendedor y a todos les paga sueldo, aguinaldos, prestaciones, viáticos y compensaciones. Ahora los tamales los venden más baratos para justificar su “populismo” y la desaparición del organismo autónomo “Comisión contra Monopolios”.
    Resultado, los tamales que hace el gobierno son más chicos, se venden en $10.00 y los gastos superan los $3.000.00 diarios, por lo que la Secretaría de Hacienda pide prestado al Banco Mundial $2000 para sufragar las pérdidas.
    En el ejemplo anterior, todos pierden porque ya no hay personas que quieran hacer tamales ya que el gobierno les puede expropiar las ollas, el gobierno deja de percibir impuestos, los tamales son de peor calidad y el pago de la deuda impide que el gobierno construya más escuelas y hospitales.
    Los verdaderos motores del progreso económico de un país son el respeto a la propiedad privada, la competencia entre particulares y empresas con reglas justas y la libertad para que todos puedan desplegar su creatividad y empuje para crear fuentes de empleo. En ninguna cultura y país del mundo las empresas públicas son más eficientes que las privadas.
    X@basiliodelavega