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    Fanny Yépez
    La Columna

    De un total de 99 millones 023 mil 975 de ciudadanos que hay en México, 51 millones, 399 mil 566 son mujeres, es decir, representan al 51.9% de la población en todo el país.
    En cuanto al estado de Veracruz en este año se tiene un registro de 3 millones 197 mil 592 mujeres, que constituyen poco más del 51 por ciento de la población.


    Sin embargo, a la gran mayoría de las mujeres no se les ha dado la oportunidad de trabajo y de desarrollo profesional.
    Según el Instituto Mexicano para la Competitividad, alcanzar la paridad es benéfico para el país, ya que culminaría con las brechas de género en todos los niveles jerárquicos de las empresas.
    Lamentablemente a muchos se les ha olvidado “que es tiempo de mujeres”, las siguen marginando a puestos menores y a otras ni siquiera las toman en cuenta.
    De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la participación de mujeres en consejos de administración aumentó a nivel global en promedio de 10% en 2003 a 27% en 2022. Sin embargo, a pesar de estos avances internacionales, México continúa estancado y está lejos de alcanzar la paridad en puestos de alta dirección y en cargos administrativos.
    El análisis elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad en alianza con Kiik Consultores evaluó a más de 200 empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores para conocer el nivel de participación de las mujeres en las empresas en México. Los resultados muestran que la inclusión femenina en cargos de alta dirección está estancada y, en casos determinados, hubo retroceso.
    De igual manera, el estudio «Mujeres en las Empresas 2024», arroja que, aunque suelen ocupar aproximadamente el 43% de la plantilla laboral; tan solo el 23% logra alcanzar una dirección jurídica, 11% una dirección financiera y apenas el 3% consigue una dirección general. De las 200 empresas estudiadas, tan solo una cuenta con mujeres en las tres direcciones más importantes.
    El 50% de las empresas, no obstante, transparentan políticas de inclusión de mujeres. Entre las más frecuentes destacan políticas de diversidad en los equipos, protocolos contra la violencia y capacitación continua y programas de liderazgo femenino; sin embargo, estas acciones discursivas no se traducen en beneficios tangibles para las trabajadoras.
    El porcentaje de las mujeres que trabajan es de 41.33 %, sustancialmente menor que el de los hombres, estimado en 71.69 %. La situación conyugal de estas incide en su participación laboral, pues es más probable que trabajen si no tienen un compañero o esposo que las apoye en los gastos del hogar.
    La brecha salarial, la carga desproporcionada del trabajo doméstico y no remunerado, que recae principalmente en mujeres y niñas, la violencia laboral, el matrimonio infantil, el acoso y hostigamiento sexual, los estereotipos de género, las leyes, prácticas, usos y costumbres discriminatorios contra ellas.
    ¿Qué impide que las mujeres ocupen puestos de alto nivel?
    De entre las barreras externas destacan los estereotipos de género, la segregación del mercado de trabajo, la discriminación laboral, el acoso sexual y psicológico en el trabajo, las menores oportunidades de desarrollo de carrera en la organización, la ausencia de una política laboral consolidada que favorezca a la mujer,
    ¿Qué quiere decir techo de cristal para las mujeres?
    Qué es el techo de cristal y qué pueden hacer las empresas …
    El techo de cristal se refiere al conjunto de normas no escritas al interior de las organizaciones, que dificulta a las mujeres tener acceso a los puestos de alta dirección. Su carácter de invisibilidad es resultado de la ausencia de leyes y códigos visibles que impongan a las mujeres semejante limitación.