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    Inocencio Yáñez Vicencio
    No resisto la tentación de transcribirlos un fragmento de la obra ampliada del profesor de Princeton, Sheldon Wolin, titulada Política y Perspectiva . FCE. 2012. Pags. 726 y 727, largo pero ilustrativo, como no podia dejar de serlo, viniendo de un gigante del pensamiento político: Max Weber subrayó el poder como esencia del Estado en su infame formulación : » Un Estado es una comunidad humana que reclama ( con éxito) el monopolio del uso legítimo de la fuerza física dentro de un territorio determinado» . Se decía que el monopolio del Estado por » medio de la violencia legítima era esencial si se deseaba que la autoridad del Estado fuera obedecido . Weber agregó que: » el concepto de Estado … en su pleno desarrollo es enteramente moderno «.


    Aunque la violencia legítima sigue siendo un elemento distintivo del poder del Estado, y la violencia misma ya no es un Estado- monopolio, la formulación de Weber omitió un factor importante – y continuo- que Aristóteles había introducido dos milenios antes y al que Marx había vuelto a dar fuerza. Toda Constitución, observó Aristóteles, contenía un elemento gobernante ( politeuma ) en forma de una clase. Durante más de dos mil años, el conocimiento común confiaba en que los grupos gobernantes alcanzarían o defenderían sus intereses de clase. Aunque una Constitución podía declarar que una forma particular se dedicará al bienestar de todos sus miembros , inevitablemente se había construido una tensión entre el gobierno basado en los intereses de todos y el gobierno de una clase ; la primera implicaba la inexistencia de un sólo interés y la segunda la tendencia de clase.
    En estas líneas Sheldon Wolin, hace una crítica, que saliendo de mi parecería un sacrilegio, pero saliendo de la pluma del autor de Política y Perspectiva, creo que se aquilata el desmonte de la teoría del poder del máximo representante de la sociología burguesa.
    Esta referencia es importante en un momento en que necesitamos restituir la quiebra de la República y del Estado Constitucional, porque es precisamente el núcleo donde regulan los liberales tradicionales. Los liberales nos han ilustrado correctamente la importancia que tiene la teoría de los equilibrios y la teoría de los límites del poder para garantizar la libertad negativa, la libertad como no invasión del ámbito personal, pero se espantaban a la hora de ofrecer una alternativa ante quienes se hacen pasar como izquierdadistas y redentores de los desposeidos, por la sencilla razón de que si bien es cierto el liberalismo es muy importante y útil para desarrollar pacífica y legalmente un proyecto social, es una falacia verlo como una estación terminal. Desde luego, como hace unos días lo comenté. Con los ojos cerrados un racionalista prefiere un régimen liberal a un régimen autoritario como el inaugurado por Morena. Morena nos ha regresado al traspaso de las propiedades de mando y obediencia de las instituciones a la persona. A la justicia del derecho por la justicia facciosa. Ha sustituido la división de poderes por la concentración del poder en una banda de maleantes. Ha destruido todos los órganos autónomos para acabar con la rendición de cuentas y la transparencia. La pluralidad de pensamiento y de ideas la ha reemplazado por el pensamiento único y la voz de Palacio Nacional, purgando medios y persiguiendo periodistas independientes. Seleccionando a colaboradores en base a complicidades en lugar de méritos. Con el nombramiento de la morenista Guadalupe Taddei al frente del INE y tomado el Tribunal Electoral Federal, han hecho, como bien lo anticipó Claudia, de las elecciones un mero trámite, una fachada democrática, llegando al descaro de asignarles gubernatura al por mayor y mayorías calificadas para consumar su dictadura.
    La clave está en tener siempre en cuenta que en la lucha por la restauración republicana y el sistema constitucional, los liberales desempeñan un papel muy importante, siempre y cuando entiendan que el liberalismo es la gran plataforma para el despegue hacia una sociedad más justa y más igualitaria, que, como bien lo dice el profesor Wolin: no hay Constitución que no refleje la lucha de clases, que no hay arregló estatal que no sea una ingeniería que deje de ser reflejo de una correlación de fuerzas sociales. Por eso no podemos aceptar que la libertad negativa, la libertad como no invasión del espacio privado, sea nuestro destino, Nuestro compromiso debe ser recuperar las instituciones y controles liberales para retomar la construcción de un Estado social y de una libertad positiva, una libertad como no dominación.
    Son fuerzas muertas quienes se nutren de ideas muertas. Habramos la discusión a una agenda que mire hacia el porvenir, que desenmascare la simulación de Morena, que se sostiene en las bandas delictivas, en el derroche del patrimonio público y vive del linchamiento y la mentira. Hoy mismo anuncia un polo de desarrollo para Tuxpan, cuando al entregar ese puerto a la delincuencia, lo que hacen es alejar la inversión.
    Que cosas tiene la vida. Término recordando que Fidel Herrera, cometió la infamia de no impulsar a la presidencia municipal a Gonzalo Guízar Valladares, que se había sobrepuesto a todos los cacicazgos y hoy, Nahle, también lo deja fuera, siendo en capacidad y honorabilidad, muy superior a cualquiera de su mediocre gabinete. Hace más de una docena de años que no tengo comunicación con Gonzalo, pero tengo muy presente su lucha contra los cacicazgos. No, no quieren políticos honorables, quieren cómplices, quieren tapaderas. Por fortuna todo el patrimonio público no les va alcanzar mantener en la secrecia sus sinvergüenzadas, con uno que no se preste a ser su bufón, será suficiente para que se les agriete su autocracia.