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    Sergio González Levet

    Sin tacto

    Ignacio Morales Guevara es el último de los mohicanos en el universo del discurso de los alcaldes priistas puros. Lo digo en el sentido de que es el único Presidente Municipal que ganó hace tres años sin ir en alianza con el PAN y el PRD, y el único que no se dejó engarzar por los devaneos del partido oficial, del gobierno oficial y de los recursos y amenazas que usaron en Veracruz los cuitlahuistas para atraer a su terruño a todos los líderes oposicionistas que pudieron.

     [El otro alcalde priista puro era Néstor Sosa Peña, un joven que logró ganar limpiamente la elección en Chontla, pero terminó por bajar la testuz ante la ambición de él y de su padre, Néstor Sosa Mar, que ahora es un morenista entusiasta, como lo fue priista hasta diciembre 2023].
    
     Pero Ignacio Morales ha permanecido en su compromiso con el PRI y ha ido más allá del compromiso personal que pueda tener con Pepe Yunes Zorrilla, con quien ha caminado lo más importante de su carrera política.
    
     En su tercer y penúltimo informe de gobierno, que leyó públicamente el viernes pasado en un evento masivo ante sus gobernados, el primer edil de Altotonga mostró que la ética es para él un valor personal que lo define en su actuación como funcionario elegido por sus coterráneos, y que ejerce en tres ámbitos decisivos:
    
     1. La ética personal, que lo ha llevado a mantener su lealtad ante quien ha sido su faro en el proceloso mar de la enturbiada política mexicana. Pepeyunista de convicción y de acción, Nacho siempre ha estado en la primera línea de los proyectos del peroteño. Como Cándido Aguilar ante Venustiano Carranza, puede decirle con firmeza a Pepe: “Ante usted, nunca un desleal”.
    
     2. La ética laboral, que parte de su convencimiento de que ser incapaz, flojo o negligente es un pecado capital ante la responsabilidad que le concedió su pueblo de administrar el erario y los recursos materiales y humanos de manera que se aprovechen al máximo, para que haya obras y servicios de calidad, como ha sido el caso.
    
     3. La ética financiera, para conducirse con honestidad y claridad en el manejo de los dineros públicos, del exiguo presupuesto que en su caso ha sido manejado con pericia, porque hay buenos resultados visibles en la infraestructura urbana y rural, en las condiciones educativas, en la oferta de servicios de salud… en la seguridad, tan urgente para los vecinos de ese municipio tranquilo y trabajador.
    
     Ignacio Morales Guevara pudo dar buenas cuentas a su pueblo porque ha ejercido con denuedo su profesión de alcalde y no faltado un minuto de su tiempo en hacer lo que ha necesitado Altotonga.
    
     Y le resta un año…

    sglevet@gmail.com