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Fanny Yépez
La Columna
Al cumplirse el 87 aniversario de la expropiación petrolera en México, esta industria petrolera se encuentra con pronósticos de caída en su producción.
Durante 2024, la extracción de petróleo promedió 1.56 mbdd, una baja del 5.4% respecto al año anterior y un 53.8% por debajo del pico registrado en 2004.
La producción de gas natural también cayó un 8.2%, alcanzando 4,586 mdpcd, el nivel más bajo desde 2004.
El periódico el Economista ha señalado que el impago a proveedores de medio billón de pesos, ha generado un círculo vicioso impulsado por “menos producción-menos ingresos-impagos-menos producción”. Esto es, si hay menos producción no se tienen ingresos suficientes para pagar a proveedores, y éstos, en cierto punto, se niegan a seguir dotando a Pemex de bienes y servicios y, como consecuencia, disminuye la producción.
La propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) reconoció que, los niveles de corrupción y la mala situación financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex), son algunos de los principales riesgos para el crecimiento económico del país.
De acuerdo con la dependencia, la economía mexicana es vulnerable a una serie de riesgos internos y externos, los cuales no sólo pueden afectar el desempeño del Producto Interno Bruto (PIB), sino también el acceso a deuda por parte del gobierno federal.
“Algunas agencias calificadoras también pueden rebajar las calificaciones crediticias de Pemex, como lo han hecho en el pasado, y su evaluación de la solvencia crediticia de Pemex puede afectar las calificaciones crediticias de México”, señaló la SHCP.
En enero de este año la revista Proceso público que durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Petróleos Mexicanos (Pemex) cuantificó un quebranto de tres mil 303 millones 81 mil 348 pesos por robo de combustibles a través de tomas clandestinas. Pero la cifra sólo considera los casos en los que hubo un dictamen para valuar daños y sólo si se inició una carpeta de investigación, por lo que no tiene la suma de todo lo extraído mediante “ordeña” en el sexenio anterior.
El “huachicol”, como se conoce a la extracción de gasolinas mediante perforaciones a las válvulas, fue el principal delito que combatió el exmandatario, quien también expuso que el episodio más doloroso de su mandato fue cuando explotó un ducto en Tlahuelilpan, Hidalgo, el 18 de enero de 2019, como consecuencia de una toma abierta.
Factureras o empresas fantasmas en Pemex
Entre junio y octubre de 2024, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) incluyó en su listado de empresas fantasma a 9 comercializadoras de combustible que, junto con compañías vinculadas y operadores, obtuvieron permisos gubernamentales para importar 1,240 millones de litros de combustible, valuados en más de 20 mil millones de pesos.
El SAT determinó que los contribuyentes señalados carecían de activos y personal, además de no tener capacidad material para realizar la comercialización de combustibles, por lo que fueron catalogadas como Empresas que Facturan Operaciones Simuladas (EFOS).
En documentos oficiales de la Secretaría de Energía consta que algunas de las empresas señaladas por el SAT obtuvieron en los últimos meses del gobierno de Enrique Peña Nieto permisos para importar grandes volúmenes de diésel. Luego, en el primer año del sexenio de López Obrador, esas importadoras recibieron autorización para comercializar los combustibles en territorio nacional.
Según denuncias de gasolineros, los pedimentos legales de importación con frecuencia eran clonados, alterados o copiados para simular la legal procedencia del combustible e introducir grandes volúmenes de contrabando.
De acuerdo con las acusaciones, cada comercializadora “fantasma” tenía autorizado un volumen determinado de importación, y para excederlo recurrían a clonar o alterar los documentos, en los cuales reportaban fracciones arancelarias distintas al producto que introducían, para de esa forma evadir el pago de impuestos.
Así podían vender el diésel más barato en expendios en México que se prestaban a esta práctica ilegal, la cual fue identificada por las autoridades como “huachicol fiscal”.
Por todo ello y más que se nos escapa, podemos señalar que no hay nada que celebrar en Pemex, la corrupción que impera en esta industria y el sindicato opacan esta celebración.