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Agustín Basilio de la Vega
Ya pasaron más de 6 años de la cancelación del Nuevo Aeropuerto en Texcoco y 3 desde que entró en operaciones la base aérea de Santa Lucia con algunos vuelos civiles, los resultados están a la vista: sigue saturado el aeropuerto Internacional Benito Juárez y el AIFA simplemente no sirve para vuelos trasatlánticos de las principales aerolíneas internacionales. El costo inicial que ofreció la SEDENA fue de $96,200 millones de pesos, pero tuvo un sobrecosto de 139,000 millones de pesos por lo que acabó costando al país 235,000 millones de pesos.
El Tren Maya no se ha concluido, como prometió el expresidente, y los tramos que están en operación en nada han contribuido con el desarrollo de la región. Es una obra deficitaria que pronto se volverá chatarra por falta de demanda y de mantenimiento como ocurrió con los Ferrocarriles Nacionales de pasajeros pues las empresas públicas subsidiadas se vuelven un barril sin fondo.
Además de los daños ambientales, el daño patrimonial es enorme pues su presupuesto inicial fue de $197,000 millones de pesos, pero ya se han gastado $544,000 y aún no se concluye. Esa inversión jamás será recuperada y no beneficia socialmente a los habitantes de la península quienes prefieren los sistemas de transporte eficientes que ofrece la iniciativa privada.
La refinería de Dos Bocas que supuestamente costaría 211,000 mil millones de pesos y que haría que México no dependiera de gasolinas importadas es quizás el peor fracaso pues no sólo no refina, sino que costó mucho más de lo que señaló AMLO pues aún sin estar terminada ya se han gastado 299,000 millones de pesos. La gasolina en lugar de bajar a $10.00 el litro ya cuesta prácticamente $25.00 en pesos en promedio.
Estas tres ocurrencias de la 4 T han transformado a México en una economía centralmente planificada sin crecimiento económico mayor al de la población, ya que el sexenio de AMLO terminó con una tasa de 0.9% promedio anual siendo el peor en los últimos 25 años. El expresidente prometió que si Morena ganaba las elecciones el país crecería a un ritmo del 6 o 4%. (ver discursos de López Obrador en sus múltiples años de campaña)
Las obras antes descritas se iniciaron sin planeación y con todos los recursos de que dispone la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y fueron encargadas a Generales e Ingenieros de la SEDENA y de PEMEX. La principal virtud de los militares es que obedecen órdenes sin cuestionar nada y la de los ingenieros de PEMEX es que están acostumbrados a gastar sin ningún límite.
El presidente para imponer su visión del pasado de un México en donde el Gobierno es el que supuestamente genera bienestar través de la construcción de infraestructura, se equivocó y el tiempo lo demostró. Por más propaganda que se hace de esas obras la realidad no cambia pues los miles de millones de pesos simplemente no producen riqueza ni servicios eficientes.
Otra consecuencia de ese inmenso derroche de recursos es que se desviaron y faltaron para la construcción de puertos, autopistas y hasta el mantenimiento de carreteras, escuelas y hospitales. El tiempo perdido es imposible de recuperar y ante los nuevos retos mundiales esas obras de nada servirán para ayudar a que el nuevo gobierno tenga una base firme para su administración.
Peor aún se ve el porvenir pues parece que la moda estatista sigue, ya que la presidente Sheimbaum pretende convertir al INFONAVIT en constructora y a la SICT en empresa dedicada a bacheo y repavimentación de caminos. Este gobierno está repitiendo errores que hundirán aún más a la economía nacional.
@basiliodelavega
