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    Con el compromiso de seguir informando y empoderando a mujeres que han enfrentado el cáncer de mama, integrantes del grupo Juntas Venciendo al Cáncer (Juvecan) llevaron a cabo una charla educativa sobre linfedema, una condición frecuente pero poco explicada tras ciertos tratamientos oncológicos.

    “Sientes el brazo más pesado, algo inflamado… como si llevaras una presión que antes no estaba ahí. A veces aparece al poco tiempo de la cirugía. Otras, meses después. Y casi nadie te lo explicó: eso que estás sintiendo podría ser linfedema”.

    Con esa empatía directa y ese tono claro que la caracteriza, la fisioterapeuta Gabriela Aragón Montenegro ofreció este sábado en Coatepec una charla íntima y reveladora al grupo Juntas Venciendo al Cáncer (Juvecan), titulada: “Linfedema: lo que no siempre te explican, pero necesitas saber”.

    Desde las primeras palabras, Gaby dejó claro que hablar de linfedema es hablar de algo más profundo: de cómo el cuerpo sigue procesando lo vivido, de cómo el sistema linfático –a veces invisible– se vuelve protagonista después del cáncer de mama.

    Explicó con detalle que el linfedema ocurre cuando la linfa, ese líquido transparente que limpia, protege y drena, deja de moverse con libertad. Y que muchas veces, esto se relaciona con un factor poco mencionado: la viscosidad de la sangre. Si la sangre se vuelve espesa –por deshidratación, medicamentos o el propio tratamiento–, también la linfa se vuelve lenta. Y cuando se estanca, viene la hinchazón.

    Con claridad y calidez, explicó cómo los sistemas circulatorio y linfático están entrelazados como redes de caminos, y cómo cuidar uno significa cuidar al otro.

    Durante la charla se abordaron los cambios que genera la quimioterapia en la sangre, los factores de riesgo como el sobrepeso o la edad, y la forma en que una herida o golpe puede desencadenar un problema mayor si no se detecta a tiempo. Pero también hubo espacio para lo práctico y útil: cómo hidratarse, cómo moverse suavemente, cómo observar el propio cuerpo sin miedo.

    Y como parte central del encuentro, se realizó un ejercicio en vivo donde las participantes aprendieron a medirse correctamente la circunferencia del brazo, una herramienta clave para detectar señales tempranas de linfedema.

    “Conocer el linfedema es parte del autocuidado. Si sabemos qué puede pasar, podemos actuar antes de que avance. Nadie debería pasar por esto sin información”, dijo Gabriela, mientras respondía dudas y escuchaba los testimonios de las asistentes, que compartieron miedos, vivencias y aprendizajes en voz alta.

    La charla cerró con una lista de acciones cotidianas: hidratarse, cuidar la piel, moverse, acudir a revisión, y sobre todo, reconocer que el cuerpo sigue hablando incluso después de la última quimio o cirugía.

    Juntas Venciendo al Cáncer continúa así su labor de informar, acompañar y sostener a las mujeres de Coatepec que han vencido el cáncer, pero que —como todas— aún tienen camino por recorrer. Porque sanar no termina en el hospital: sigue en cada paso, en cada pregunta y en cada espacio como éste.