Destacado

    Carlos Miguel Acosta Bravo*

     Impronta

    La nueva Ley General de Aguas en México tendrá un impacto significativo en el país, con repercusiones tanto para la industria como para el campo mexicano. Esta ley busca transformar la gestión del agua con un enfoque de derecho humano y control más estricto, principalmente para acabar con el acaparamiento ilegal y el mercado negro del agua.

    Impacto general de la Ley de Aguas, la reforma propone endurecer sanciones económicas, con multas máximas que podrían subir hasta 50 mil UMAS para quienes usen el agua ilegalmente o acaparen concesiones. Además, se implementarán mecanismos de control digital y monitoreo en tiempo real de extracciones, buscando mayor transparencia y orden. La ley también plantea un sistema cerrado obligatorio para evitar descargas contaminantes y establece la meta de descarga cero para 2030, con un enfoque en proteger el derecho humano al agua y evitar que se trate como mercancía.

    Repercusiones en la industria, la industria enfrentará regulaciones más estrictas en el uso y tratamiento del agua. Habrá mayor control de concesiones, prohibiciones expresas, como la del fracking que usa agua, y exigencias para cumplir con límites máximos de contaminantes según normativas oficiales. Esto puede impactar los costos y operaciones industriales, obligando a invertir en infraestructura sostenible y tratamientos avanzados para el agua usada en procesos productivos.

    Repercusiones en el campo mexicano en el ámbito agrícola, el acceso al agua se verá regulado con un marco legal más riguroso para evitar la acumulación desproporcionada de concesiones en pocas manos. Actualmente, el 70% del agua concesionada en el campo está en manos de grandes usuarios, mientras que muchos productores pequeños enfrentan dificultades para acceder al recurso. La nueva ley busca frenar estas desigualdades y garantizar que el agua se distribuya mejor, lo que es crucial para la productividad agrícola y la sostenibilidad de las cosechas.

    En síntesis, la ley busca poner fin al mercado negro de agua, aumentar la sanción a prácticas ilegales, mejorar la gestión del recurso hacia un modelo de derecho humano, y ordenar el uso del agua para evitar sobreexplotación y contaminación, lo que tendrá un fuerte impacto en la industria al exigir cumplimiento ambiental y en el campo para mejorar equidad y sustentabilidad del agua.

    La nueva Ley General de Aguas en México tendrá un impacto profundo en la gestión del recurso hídrico, con medidas diseñadas para transformar cómo se usa y controla el agua en el país.

    Entre las medidas para ordenar el uso del recurso se encuentra la revisión y ordenamiento de las más de 536 mil concesiones vigentes. Creación de un Registro Nacional de Aguas con datos verificados para mayor transparencia. Operativos e inspecciones apoyados en denuncias ciudadanas.

    Se contempla también la cllausura de pozos ilegales detectados en varios municipios. Implementación de una ventanilla única digital para simplificar trámites y reducir corrupción. Regularización de títulos vencidos, con apoyo especial a pequeños y medianos productores.

    La industria tendrá que ajustarse a un control más riguroso para evitar sanciones severas, además de enfrentar una mayor vigilancia en el uso del agua y tratamiento de descargas. Las inversiones en tecnologías para consumo eficiente y tratamiento serán clave para cumplir con la nueva regulación.

    Las repercusiones en el campo en el sector agrícola, la ley busca corregir las desigualdades en el acceso al agua que hasta ahora favorecen a grandes usuarios, con la intención de regularizar y facilitar el acceso a pequeños y medianos productores, quienes verán beneficios de mayor certeza en sus concesiones y la posibilidad de tramitar títulos vencidos.

    Los resultados esperados son la recuperación de volúmenes significativos de agua para uso sustentable. Incremento en la recaudación por uso del agua, con regularización de adeudos. Construcción de un sistema más justo y transparente para la gestión hídrica en México.

    En conjunto, la ley representa un cambio estructural que busca asegurar la sustentabilidad del agua en México, proteger el derecho humano y ordenar la distribución del recurso para equilibrar intereses industriales y agrícolas con la conservación ambiental

    Comente u opine a :

    cacostabravo@yahoo.com.m

    *Maestro en comunicación por la Universidad Iberoamericana de la cual formó parte del cuerpo académico de la Licenciatura en Comunicación, así como de la Universidad Anáhuac, campús norte de CDMX.