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    Sergio González Levet
    Sin tacto

    Junto a unos pocos millones de mexicanos que ya fueron vacunados y otros muchos millones que esperan recibir por fin el pinchazo salvador, persiste en ciertas áreas de las redes sociales y en muchas personas la creencia en un pensamiento mágico y en la existencia de ciertas as fuerzas oscuras que, según esto, dominan la vida y la naturaleza, de modo tal que el hombre no es más que un guiñapo que va y viene azotado por su destino, que ya fue escrito desde antes de que naciera y contra el que no tiene nada que hacer.

    ​La ciencia, que ha avanzó como nunca en losúltimos cien años, no ha podido hacer mella en la forma de pensar de ciertas personas .no pocas- que se dejan llevar por opiniones retrógradas y viven metidas en la ignorancia, a la que llegan a consideraruna especie de oasis desde donde podrá sobrevivir el hombre salvaje que todos llevamos en nuestro ADN, fijado ahí por miles de años de memoria genética.

    ​Ahí caen todos los que no quieren vacunarse y aducen motivos que en verdad agreden a la inteligencia humana:

    ​Uno, que laCovid-10 no existe, y es una invención ara que unos cuantos hagan un enorme negocio al vender las vacunas.

    ​Dos, que sí existe, pero es fruto de un virus que fue creado artificialmente para matar a dos mil millones de personas, porque ya no cabemos en este planeta.

    ​Tres, que son ciertos la enfermedad y el virus, y la vacuna es el arma con la que se esterilizará o matará a la población sobrante.

    ​Cuatro, que las vacunas son más dañinas que la enfermedad, y quienes se las apliquen terminaránmuriendo por sus afectos secundarios.

    ​Lo cierto, lo científicamente comprobado, es que el SARS-CoV.2 es un virus muy complejo y muy dañino, altamente contagioso, para el que no hay una medicina que lo ataque directamente.

    ​Produce la Covid-19, que es una enfermedad terrible, porque entra por los conductos respiratorios y se aloja generalmente en los bronquios y los pulmones. Produce varios síntomas como tos seca, alta temperatura, pérdida del olfato y el gusto, fatiga crónica.

    ​Pero en especial causa asfixia, lo que hace necesario que el paciente sea intubado y reciba respiración mecánica para sobrevivir en lo inmediato.

    ​Quien enferma y padece los síntomas graves, prácticamente se vuelve un muerto en vida, porque tiene que ser aislado debido a la alta contagiabilidad del virus, después entra en un estado de coma y permanece respirando de una manera angustiosa.

    ​La familia del enfermo permanece afuera del hospital a la espera de noticias sobre el estado de su pariente, que llegan muy espaciadamente y casi siempre son poco alentadoras…

    (continúa mañana).

    sglevet@gmail.com