Benjamín Sánchez
A poco más de un mes de iniciado el proceso de vacunación en Veracruz, donde se lleva un avance de apenas el 5% de la población, aún siguen sin tenerse claros los criterios bajos los cuales son seleccionados los municipios y las localidades donde se lleva el antígeno.
La Secretaría de Salud del Estado, como desde el inicio de la pandemia, sigue sin tener clara una estrategia de vacunación; a esto, le agregamos que las autoridades federales, por medio de la Super Delegación en Veracruz, mantiene un hermetismo con mínima comunicación y coordinación con las autoridades municipales, especialmente con aquellas que son gobernadas por partidos de oposición, distintos y contrarios a MORENA.
Hasta ahora, el criterio anunciado es que se lleva a las localidades más alejadas, más pobres y con menos acceso a servicios de salud; estos criterios no es que estén mal, desde luego que todos tenemos por igual el derecho a ser vacunados; sin embargo, por lo reducido de las dosis, se tienen que tomar decisiones cruciales para iniciar con la vacunación pública.
En primer lugar, bajo la estrategia federal, se inició con la vacunación a todo el personal médico, quienes continúan haciendo una destacada labor al frente de la atención y contención de la pandemia. No obstante, considerando que aún la pandemia no se ha controlado, que sigue cobrando vidas; el segundo criterio asumido debería ser en los municipios y localidades con la mayor presencia de casos activos y, muy en especial, con los mayores índices de letalidad.
En otras palabras, inmunizar las zonas con mayor riesgo activo, con el único objetivo de detener y prevenir más decesos; esto, independientemente del partido que gobierne; aplicando un criterio médico de supervivencia; es difícil de aceptar, pero se trata de un criterio absolutamente válido.
Poniendo bajo contexto la estrategia actual y a manera de ejemplo hipotético, si se presentara un brote de tuberculosis en Papantla, ¿valdría la pena iniciar la inmunización de la población de Tlachichilco? Solo por el simple hecho de que tiene menos acceso a la salud; o se tendría que iniciar la vacunación justamente en Papantla, para evitar la proliferación de la enfermedad y proteger la vida la población, tanto la afectada y por obvias razones, las que están con mayor probabilidad de infectarse.
Estos son justamente los criterios que aún no homologa el Gobierno del Estado; no queremos creer el hecho de que se usa la vacuna con otros objetivos, externos a la salud. Lo lamentable y muy real, es que se vacuna a municipios con menores niveles de casos activos; vuelvo a ser claro, no lo cuestiono, tienen el mismo derecho que todos.
Lo que si es cuestionable, es que no se privilegie a los municipios con mayores casos activos (que desde el inicio de la pandemia suman 56,882 oficiales) y con los índices de letalidad más altos (8,532 hasta ahora). Además, que no exista plena comunicación y coordinación con los Presidentes Municipales, ajenos a MORENA, ya que se han visto muestras de guerra de declaraciones en los que la Super Delegación acusa de poca participación de los Alcaldes, quienes reviran manifestando que el apoyo existe, pero que carecen de información oficial.
Urge definir una estrategia congruente, seria y real en materia de salud para aplicar las vacunas anti COVID-19; urge que se dejen atrás otro tipo de objetivos y criterios que no sean los exclusivamente en materia de salud; urge que las autoridades de los tres niveles de gobierno fortalezcan la coordinación; urge pensar en el progreso de la población.