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    Sergio González Levet

    Sin tacto

    Miro en Internet un meme que trae una foto de los impresionantes rascacielos de Dubai. Son edificios majestuosos de cientos de pisos, iluminados, llenos de diseño y formas extrovertidas. Imposibles. Impecables.
    Abajo, se adivinan avenidas anchas y espaciosas, sin baches -sin-ba-ches-, llenas también de luz y de vehículos de lujo, recién afinados, mullidos, rápidos y elegantes.
    Es el mundo del futuro en el presente. La utopía hecha realidad.
    Y abajo del meme se puede leer un comentario:
    «Así quedaría Veracruz si los candidatos cumplieran todas sus promesas».
    La verdad es que la mercadotecnia electoral lleva a verdaderas exageraciones y hace que los aspirantes a presidentes municipales y a diputados -locales y federales- avienten sin piedad sus banales promesas sobre la humanidad y la esperanza de los ciudadanos; promesas que son verdaderamente incumplibles, irrealizables, etéreas.
    Más que proyectos de gobierno viables o posibles gestiones de obras útiles, la cauda de aspirantes dirige su discurso hacia mensajes que apelan a la emoción y no al intelecto, a la urgencia y no a la necesidad. Piensan en ganar voluntades, simpatías, anexiones.
    ¡Y prometen lo que sea!
    Van a terminar con la inseguridad, lograrán que haya empleos para todos y bien pagados, se construirán todas las vialidades necesarias; habrá escuelas bien mantenidas, gimnasios a destajo.
    Ah, y becas, muchas becas, muchísimas becas, que es lo que está de moda.
    Los candidatos, del color y de donde sean, ofrecen todo aquello y mucho más: ya no habrá mujeres violadas, ni desapariciones de personas, ni robos violentos; el transporte público será más barato, seguro y limpio; los taxistas, más educados; los mordelones se pondrán el bozal de la honestidad y ya no nos lo dejarán a nuestro criterio, sino al de la ley.
    Va a bajar el predial, también el agua potable. ¡Y la gasolina! ¡Y el gas! Mejorará el servicio de limpia pública, todas las lámparas funcionarán. N habrá tandeos ni tiraderos. Todo será ecológico.
    ¡Ya no habrá hoyos en las calles!
    Los funcionarios atenderán con amabilidad y rapidez a los ciudadanos.
    ¿Algo más que se les ocurra? No se preocupen, seguro ya lo prometió alguno de los 1,500 candidatos a presidente municipal.
    Y los diputados prometen que van a regresar constantemente a su distrito, que van a conseguir las obras que modernizarán la comunidad.
    La cosa es «vender» ilusiones a cambio de un voto.
    El problema es que ya no les creen.

    sglevet@gmail.com