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    Manolo Victorio

    Carpe Diem

    Como se había anticipado en la víspera, en crónica anunciadísima por las filtraciones periodísticas, el Tribunal Electoral del Estado de Veracruz bajó de la contienda a Miguel Ángel Yunes Márquez, candidato de la tríada PAN-PRI-PRD a la alcaldía de Veracruz.


    A dos semanas del cese del proselitismo en pos de los mil 104 puestos de elección popular que arbitra el Organismo Público Local Electoral, los tres magistrados del TEV guillotinaron las aspiraciones del hijo mayor de Miguel Ángel Yunes Linares, que sólo pudo demostrar una residencia efectiva en el Puerto de Veracruz de 2 años 11 meses.
    Es inelegible, fue la sentencia de Claudia Díaz Tablada, magistrada presidente, Tania Celina Vásquez Muñoz y de Roberto Eduardo Cigala Aguilar.
    La resolución respecto al incumplimiento del requisito de elegibilidad, es sólo el primer palo jurídico a las aspiraciones políticas del clan Yunes por seguir enchufados al erario, pese a tener la corriente en contra.
    En la evolución del Estado mexicano, recientemente citada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, bajo la óptica de «El ogro filantrópico» de Octavio Paz, quien disecciona al sistema como un poder omnímodo, omnividente, omnipotente, omnipresente y omnividente que arrasa todo lo que se le oponga, valdría la pena citar algunas consideraciones de Paz respecto a la visión concentradora del estado soy yo.
    «La racionalidad del Estado no es la utilidad ni el lucro sino el poder: su conquista, su conservación y su extensión». ¿Las mañaneras son la bocina multiplicadora de la propaganda de AMLO para ganar la mayoría de los más de 21 mil puestos elección popular que se decidirán el primer domingo de junio?
    Sí.
    ¿El presidente está metido en la elección, es el chicote que acicatea a candidatos y candidatas de Morena, el tractor que jala a esta tropa desorganizada cuyo único discurso raya en las políticas de AMLO?
    Sí.
    ¿Por qué lo hace? Porque puede. Así de llano.
    Decía Octavio Paz en la pagina 19 de El ogro filantrópico: «en un régimen de ese tipo el jefe de Gobierno -el Príncipe o el Presidente- consideran el Estado como su patrimonio personal. Por tal razón, el cuerpo de los funcionarios y empleados gubernamentales, de los ministros a los ujieres y de los magistrados y senadores a los porteros, lejos de constituir una burocracia impersonal, forman una gran familia política ligada por vínculos de parentesco, amistad, compadrazgo, paisanaje y otros factores de orden personal. El patrimonialismo es la vida privada incrustada en la vida pública. Los ministros son los familiares y los criados del rey».
    Andrés Manuel cito la obra de Paz para referirse a la burocracia sembrada por sus predecesores en los órganos electorales y tribunales que emiten sentencias respecto a campañas proselitistas, válidas o invalidas, según criterio jurídico.
    Obvió AMLO que él es el Príncipe en funciones en este reinado sexenal.
    Sin embargo, lo sabe; además, ejerce este poder ilimitado que le brinda la bienhechora cobija del sistema político que busca reformar, por lo menos en el discurso.
    Quien se oponga, en sano juicio, a lanzar bravatas al poder de AMLO, dueño del día y la noche, estaría lanzando flechas a la luna o blandiendo la espada contra los molinos de viento.
    Así funciona el sistema. Así ha funcionado siempre.
    En términos campechanos diríase que el infierno es el mismo, lo que cambia es la personificación del diablo.
    Y quienes han vivido, usufructuado y abusado del quehacer político, saben esta regla.
    Que se hagan tontos, victimizándose mediáticamente, es pura pirotecnia.
    II.
    Hay un aforismo jurídico que encierra todo principio legal, que contiene el imperio de la ley que debemos obedecer si deseamos vivir en paz en un conglomerado social.
    «Dura lex, sed lex» se traduce como: «La ley es dura, pero es ley». … En este caso, «dura lex, sed lex» estructura un principio general del derecho y una de las bases del ordenamiento jurídico: es obligatorio respetar y aplicar la ley.
    Así de simple.
    Miguel Ángel Yunes Márquez, candidato de la alianza PAN-PRI-PRD a la presidencia municipal mintió en la presentación de su papelería relacionada a su domicilio legal en el Puerto de Veracruz.
    Quienes vivimos, trabajamos, nos movemos en este municipio y que, además, estamos enterados de la cosa pública, sabemos que Miguel Ángel Yunes Márquez vive en el Rincón del Conchal, un pequeño Miami ubicado en El Estero, municipio de Alvarado.
    Lo saben hasta los caddies del Club de Golf.
    Lo sabe hasta El Negro del Estero.
    Lo sabe hasta el güero, güera de las Nieves del Malecón.
    Lo sabe hasta Doña Bella que vende gordas y picadas en el Mercado Unidad Veracruzana.
    Los jarochos, comunicativos por antonomasia, extrovertidos por tradición oral, saben que después de la elección del 2018 cuando fue humillado en las urnas por un maestro universitario llamado Cuitláhuac García Jiménez, Yunes Márquez se fue a Paris a lamer sus heridas, a apaciguar el ego, empresa que al parecer no logró.
    París no valió una candidatura a la alcaldía porteña.
    Más allá de los dichos y anécdotas de café, está la ley.
    Si al «toro» Félix Salgado Macedonio lo bajaron de la candidatura por el gobierno de Guerrero por no comprobar 19 mil pesos en gastos de precampaña, cuantimás al orgullo del nepotismo de Miguel Ángel Yunes Linares.
    Sin embargo, en esta democracia imperfecta, está la última palabra, que tendrá que ser emitida por los siete iluminados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
    mvictorio33@hotmail.com
    @ManoloVictorio