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    Enrique Yasser Pompeyo

    Mesa de Redacción

    Tras las elecciones, la efervescencia política continúa en los partidos de oposición, pues hay quienes ya planean buscar las dirigencias estatales en la entidad veracruzana.
    Uno de estos casos se da en el Partido Acción Nacional (PAN), ya que diferentes voces se han pronunciado por un cambio y hasta mencionan a posibles aspirantes.


    Varios personajes han cuestionado los resultados de ese instituto político tras los comicios del 6 de junio y señalan como único responsable al presidente del comité estatal, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés; sin embargo, influyeron diferentes factores que no sólo impactaron en los resultados del PAN, sino también en los demás partidos.
    El escenario que le tocó enfrentar a Joaquín Guzmán fue completamente distinto al de la administración pasada, cuando se tuvo todo a favor y ahora el panorama fue totalmente contrario.
    La oposición y el PAN se enfrentaron a un gobierno que metió las manos en el proceso electoral, ya que se denunció que hubo inconsistencias en las boletas y el robo de las mismas, falta de seguridad, pues Veracruz se ubica entre los estados con mayor cantidad de actos violentos y crímenes contra políticos; y acciones por parte del gobierno estatal en contra de los partidos opositores y sus candidatos.
    El único apoyo que brindó la Secretaría de Seguridad Pública fue para proteger a los candidatos de Morena y amedrentar a los contrincantes.
    No obstante, baste recordar lo que ocurrió en 2018, cuando a pesar de que Acción Nacional tenía todo el poder, la administración que encabezó Miguel Ángel Yunes Linares no pudo retener la gubernatura y su grupo político tampoco logró ganar la dirigencia estatal.

    No debe olvidarse que dicha elección interna se hizo a través de un proceso extraordinario en donde participó el actual dirigente y José de Jesús Mancha Alarcón, quien perdió por más de mil votos de diferencia.
    Como se sabe, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés ni siquiera estuvo en el encargo los tres años que le correspondían, sólo encabezó la presidencia un año previo al proceso electoral, ya que año y medio de esa administración estuvo Mancha Alarcón negando que había perdido.
    Además, la actual dirigencia estatal tuvo que enfrentar una multa de 30 millones de pesos que se aplicó para el ejercicio 2020, la cual fue dejada por la administración de José Mancha Alarcón.
    Dicha multa empezó a aplicarse en mayo de 2020, es decir, seis meses después de que Guzmán Avilés tomó el cargo; aunado a ello tuvo que enfrentar una reforma que le recortó sus prerrogativas al 50 por ciento y, a pesar de eso, mantuvo a los empleados, sin despedir a nadie.
    Por ello, ante la próxima renovación de la Presidencia, así como de la Secretaría General y siete militantes que integrarán el Comité Directivo Estatal, la efervescencia política aumenta y hay quienes cuestionan si Joaquín Guzmán Avilés buscará la reelección.
    Todo hace pensar que sí. De acuerdo con lo que se sabe, Joaquín Guzmán cumplió con lo que prometió en campaña: regresó el proceso democrático en la elección interna del partido y eliminó la designación por dedazo, método que prevaleció en toda la administración pasada.
    El Comité Directivo Estatal les dio a los panistas lo que en sus manos estaba, siempre y cuando estuviera apegado a las normas.
    Por todo ello y ante la próxima publicación de la convocatoria, los panistas deberán reflexionar lo que se hizo bien y lo que se hizo mal; deberán analizar y ponderar lo que quieren no sólo para su partido, sino también para Veracruz y para el país.
    Los panistas tendrán la posibilidad de poder decidir entre mantener su voz y voto o, por el contrario, también corren el riesgo de que vuelvan los dedazos, sin procesos democráticos de selección.

    enriquepompeyo@hotmail.com