Miguel Ángel Gómez Ruiz
Contrapunto
Fue extraño, pero tras la protesta que realizaron abogados de la región de Misantla al tomar la ciudad judicial y exigir que no se cerrara el juzgado de lo familiar ocurrió lo increíble, la presidente del Poder Judicial, Isabel Inés Romero Cruz acudió a dialogar con ellos.
No es que tuviera la voluntad de ir, fue obligada por las circunstancias pues de por sí, los expedientes se acumulan y siguen sin resolverse, sólo que para evitar más críticas y golpeteos, fue para tratar de que las instalaciones se recuperaran.
No se sabe qué la motivó a ir, pues de por sí a sus 70 años ya le cuesta moverse y pues es obvio que tenga temor de enfrentar a una turba. No fue así, los abogados expusieron sus puntos de vista y exigieron que el juzgado de lo familiar no desapareciera. No lo evitaron, pero sí se les convenció que los asuntos familiares, muchos, serán resueltos.
Lo curioso del asunto es que, cuando leyó un documento ante los presentes, junto a Romero Cruz -reitero, ya se ve gastadona-, estaba echado un perro que no se movió por ningún motivo y fue tomada una foto que quedará para la posteridad. Ponerle un título a la foto ya sería un exceso.
Pese a esto, el Poder Judicial continúa hacia abajo. Quebrado, sin recursos y a expensas de lo que decida el gobernador Cuitláhuac García, no se ve una solución a corto plazo. Es más, ni los recortes al salario de los magistrados morenistas le darán un respiro.
Por supuesto, la solución a todo hubiera provenido de la propia Isabel Inés Romero Cruz, quien debió inconformarse y acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para obligar a los diputados y al gobierno del estado a que le dieran el recurso correspondiente, tal y como lo marca la Constitución. Es decir, más de 2 mil 200 millones de pesos, pero la señora presidente se durmió en sus laureles.
Desacato y traiciones
Aunque no es la única responsable de lo que ocurre en el Poder Judicial, Isabel Inés Romero Cruz es la principal culpable de la situación, pues ella ha consentido que tanto el gobernador como el diputado Juan Gómez Cazarín, se metan en donde no deben.
Para comenzar, ella ha sido cómplice al evitar que sean restituidos en sus cargos los magistrados Roberto Dorantes Romero y Marco Antonio Lezama Moo. En lugar de defenderlos –son sus compañeros-, permitió que Cuitláhuac García y el diputado Gómez Cazarín colocaran a sus amigos allí dentro.
Ella y los diputados morenistas perderán y hasta corren el riesgo de ir a la cárcel por desacato ante los resolutivos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Se creen invencibles pero la justicia tarde o temprano caerá sobre ella y todos los cómplices. Puede ser cárcel o destitución de sus cargos o ambas cosas.
Del mismo modo, se ensañaron contra la magistrada Concepción Flores Saviaga, quien señaló todas las injusticias y equivocaciones que ha habido en el Poder Judicial. La exhibieron con documentos falsos queriendo demostrar que ganaba más de 400 mil pesos y la propia magistrada respondió y confirmó que gana menos.
No sólo fue una traición contra su compañera, pues ella encabezó a un grupo de magistrados –por instrucciones del gobernador- para destituir a Sofía Martínez Huerta y por lo menos durante un día Concepción la defendió. Después, estoy seguro, se arrepintió de haber apoyado a Romero Cruz para que fuese la magistrada presidente.
Del mismo modo, Romero Cruz ha sido débil y permitió que Carla Rodríguez, amiguita del secretario de gobierno Eric Cisneros, se encargase de la Escuela Judicial, siendo que no tiene la experiencia ni mucho menos la carrera judicial.
Y falta aún saber en dónde están los recursos del Fondo de Mejoramiento para la Infraestructura del Poder Judicial, por el cual se luchó durante muchos años. De más de 600 millones que habían, no queda nada. Nadie ha dado una sola explicación.
Becas
Cambiando de tema, el gobierno actual puso de moda el tema de las becas escolares a jovencitos y jovencitas de varios niveles educativos.
Es una realidad que el tema da para mucho y se podría hablar y escribir por horas sobre ello. Al final, los estudiantes están gustosos de recibir recursos cada período de tiempo.
Saber si eso es bueno o no ya se ha visto. Hoy día, muchos de los beneficiados han aplicado un consumismo similar al que ha habido en otros países socialistas. Compran cualquier cosa menos algo relativo a su educación.
Y lo que es peor, las becas las reciben por igual alumnos de 6 y alumnos de 10 y ha habido alumnos de 10 que no han recibido nada. Sin duda que el tema se resolverá, pero ¿Realmente es conveniente que se les dé dinero a los jóvenes?
Por supuesto, no todos, muchos padres están endiosados con el gobierno por contar con un recurso. Nadie duda que muchos padres de familia se benefician con ello, pero no se sabe si los jóvenes se estén aplicando correctamente.
El año escolar que recién culminó, reflejó una baja en conocimientos y calificaciones. En parte por la pandemia y en parte por el consentimiento del gobierno, que falló en la aplicación de los programas. La instrucción es dar el recurso a todos por igual.
La realidad es que los alumnos con mejores calificaciones están inconformes porque alumnos de 6 reciben la misma cantidad. La pregunta es: ¿Por qué no premiar a los mejores con el recurso máximo? Y a la vez, dar un poco menos a los que no se aplican correctamente con una sugerencia, si sacan seis en un bimestre o trimestre le pueden dar la mitad del recurso con la promesa de que si sube de calificación le mejoran la beca.
Si así se aplicara, habría una mejora sustantiva en las aplicaciones, conocimientos y calificaciones, sin duda.