Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
Aunque se niegue, se matice o se modifiquen las cifras, la ola de inseguridad en el estado de Veracruz no tiene freno, es imparable.
Las autoridades estatales justifican los hechos delictivos y sangrientos como “actos aislados”.
Pero la realidad es otra. Continúan los homicidios, los asesinatos, los feminicidios, así como un sinfín de delitos de manera diaria.
Este jueves no fue la excepción. En dos municipios se registraron crímenes que han enlutado a familias veracruzanas.
En Acayucan, un elemento de la Fuerza Civil fue baleado en pleno centro del municipio de la zona sur de la entidad. Recibió, por lo menos, ocho impactos por arma de fuego.
En Cosamaloapan, un ciudadano fue asesinado en los bajos del palacio municipal. Durante la agresión dos elementos policíacos resultaron heridos.
¿Dónde están las estrategias que, según el secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado se han implementado?
¿Y su famoso helicóptero con el que supuestamente el funcionario disuade la comisión de ilícitos? ¿O sólo fue para la foto?
No se observan las tan cacareadas acciones de prevención del delito.
Mientras el titular de la SSP y las demás autoridades realizan sus reuniones en cómodas oficinas, los grupos delincuenciales operan con total libertad en Veracruz.
ORFIS, BARBAS A REMOJAR
Con el informe de resultados que presentó el Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz (ORFIS) de la Cuenta Pública 2019, varios alcaldes pondrán sus barbas a remojar.
Los ayuntamientos con las observaciones más altas son, curiosamente, de extracción panista y perredista.
Claro que también hay morenistas, pero con cifras más bajas. En cinco meses, estos alcaldes se van. Habrá que ver quiénes la libran.
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