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    Felipe de Jesús Fernández Basilio
    Desde a Janela

    La definición que da el diccionario para la palabra “hipocresía” es la de realizar un fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan y eso es precisamente lo que hemos visto últimamente en la diplomacia mexicana.
    Y aunque en realidad no se sabe lo que el presidente y su canciller realmente sienten, ya que con los bandazos que de un polo a otro han dado resulta difícil entender cuál es su verdadera ideología y lo más probable es que no tengan ni idea de lo que quieren; el término calza perfectamente para poder definir la actitud que están tomando.
    Veamos un par de ejemplos que nos ilustran con claridad lo hipócrita que es la relación que México tiene con dos de sus vecinos:
    Por un lado, tenemos a los Estados Unidos que es nuestro principal vecino tanto por la amplitud de las fronteras terrestres y marítimas que compartimos con ellos como por la profundidad y la complejidad de todos los factores económicos, humanos y sociales que se han desarrollado a lo largo de la historia de ambos países.
    Pues resulta que con ese país el gobierno mexicano actual ha tenido una política exterior de locos, ya que hoy en día han desenterrado el hacha de guerra proclamando con mucha soberbia el secretario Ebrard que la Iniciativa Mérida (cooperación en materia de seguridad) ha terminado, mientras que el presidente ha hecho lo propio al manifestar que ya no somos el patio trasero de Estados Unidos ni que tampoco nos vamos a plegar a sus deseos pues somos una nación soberana y hasta llegó a decir en un homenaje que le hizo a Bolívar, quien no es una figura relevante en la historia mexicana, que sería bueno que hacer una OEA sin Estados Unidos.
    Lo anterior lo dicen cuando hasta el año pasado verdaderamente fuimos el patio trasero de Estados Unidos, ya que en nuestro territorio se apilaron a los migrantes que iban para allá quienes al no poder entrar a E.U. por órdenes de Trump debían de permanecer en México mientras esperaban que se les otorgara el permiso de entrada y así mismo se movilizó a casi toda la Guardia Nacional a la frontera sur para contener la migración que Estados Unidos no quería en su frontera, siendo el colmo que el presidente que ahora se dice soberanista fue personalmente a Washington, con mascarilla incluida, a hacer campaña en favor del entonces presidente norteamericano.
    Díganme apreciados lectores si esa no es una verdadera actitud diplomática verdaderamente hipócrita.
    Pues ahora vamos con el otro de los ejemplos y ese se trata de la isla de Cuba y el supuesto bloqueo que sufre por parte de Estados Unidos y que según lo que dicen nuestras autoridades diplomáticas (presidente y canciller) es la causa de todas las desgracias que el pueblo cubano sufre y quien además defendiendo su soberanía resiste hasta el último aliento.
    Lo anterior no es nada más que un mito que se ha creído en México durante décadas y este no es el primero ni al parecer, por desgracia, será el último gobierno mexicano que lo sostiene; ya que el tal bloqueo no existe y más bien se trata de un embargo comercial que Estados Unidos le impuso a Cuba como reacción a la expropiación sin indemnizaciones que el gobierno de esa isla llevó a cabo en contra de particulares norteamericanos, más ese embargo, el cual ciertamente ha resultado inútil, tiene más huecos que una coladera y el vecino país insular ha podido comerciar con muchos países, incluidos los mismos Estado Unidos y si cuba se encuentra en pésimas condiciones económicas, la causa no es externa sino interna.
    Pero la hipocresía diplomática del gobierno mexicano en relación al tema, consiste en que tanto el presidente como el canciller se han envuelto en una bandera anti bloqueos y vehementemente reclaman el fin del bloqueo, cuando no asumen esa actitud frente a China, quien en materia de bloqueos ha sido mucho más dura que Estados Unidos.
    Y es que China verdaderamente tiene bloqueado a Taiwán, ya que lo que le impuso a ese país desde que consolidó su régimen comunista no es un simple embargo comercial, sino que se trata de un aislamiento económico y político total; pues Taiwán no puede tener relaciones diplomáticas con casi ningún país del mundo ni tampoco formar parte de la ONU y es que si alguien se atreve a intentarlo inmediatamente sufre fuertes represalias por parte de la China continental.
    ¡Ese sí que es un bloqueo!, del cual nuestras autoridades diplomáticas no dicen ni pío y con ello demuestran la actitud hipócrita que mantienen en cuanto a los bloqueos, ya que no en todos los casos expresan su repudio a los mismos.
    A pesar del bloqueo económico y político impuesto, Taiwán tiene mucho mejor nivel de vida que Cuba e incluso es un país desarrollado; lo cual demuestra por un lado la inutilidad de tales medidas y por el otro que la pobreza de los países no se debe a las medidas impuestas por otras naciones, sino que se debe a sus malas políticas económicas y sociales, es decir la pobreza cubana tiene muchas más causas internas que externas.
    Con estos dos ejemplos vemos como nuestro gobierno actual asume una política exterior hipócrita, ya que la manera en que actúa en ambos casos encuadra perfectamente en la definición que dimos al principio.
    felfebas@gmail.com
    Twitter: @FelipeFBasilio