Rafael Arias Hernández
Mutatis mutandis
La anunciada y esperada consulta se realizó, en la fecha y forma oficialmente decididas y a cuenta de recursos públicos, tan escasos como importantes para la población que los aporta.
Más allá del acierto y los evidentes errores. Es conveniente analizar las múltiples implicaciones.
Hay y habrá múltiples opiniones al respecto; habrá que considerar todas. Tanto las del ciudadano común, como las de especialistas y estudiosos de la consulta. Continuar con el esfuerzo, más allá de lenguajes técnicos y expresiones sofisticadas, fortalecer estos mecanismos, como forma de diálogo y conocimiento de la representación y el poder público.
Por lo pronto, lo importante y valioso es analizar los resultados; en principio, para aprovechar esta singular experiencia de democratización; tomar en cuenta, en las políticas y programas gubernamentales, las inclinaciones y tendencias de la opinión y decisión públicas; y, desde luego, para informarse y aprender, tomando en cuenta las condiciones y características identificadas y conocidas.
Una de las inmediatas aportaciones, señala que las consultas públicas deben hacerse, sobre temas o problemas claramente definidos, del presente y futuro inmediato, que sean de indudable interés individual y colectivo. Deben manejarse ideas concretas, con palabras claras y mensajes accesibles, sobre temas actuales.
Se valora también, que el mecanismo o formas de consulta, deben acompañarse por otras acciones complementarias, como la encuesta, el sondeo aleatorio o dirigido, el seguimiento y análisis de resultados, y otras actividades, orientadas a precisar información, tendencias, y cambios en las características e intereses de la sociedad, al respecto.
En todo caso, se deben establecer con claridad, los objetivos y medios para alcanzarlos; el seguimiento y control correspondientes; y las formas de difusión, para fortalecer o impulsar los esfuerzos.
VISIÓN GENERAL Y COMENTARIOS INICIALES.
Así que lo primero que sobresale, respecto a la reciente consulta, son sus aportaciones, para mejorar ésta y otras formas de participación democrática; y consecuentemente, preparar su aplicación en otros temas o asuntos públicos.
Puede decirse, que incluso se deben aprovechar conocimientos acumulados y experiencias adquiridas, tanto en logros y avances como en limitaciones y errores.
Así, respecto a la consulta del 1 de agosto, hay que identificar sus aportaciones; e incluso, respecto a sus mismas limitaciones y alcances, reconocer que hasta en el caso de un fracaso, parcial o total, la experiencia puede ser útil para impulsar más y mejores consultas ciudadanas, así como el seguimiento y control de las acciones gubernamentales.
La intención, el esfuerzo y los importantes o modestos resultados, tienen que considerarse y hacerse valer.
Tener presente, que es la primera vez que se intenta entrar de lleno a esta forma de participación, para saber que opinan personas, grupos y población en general. Tener siempre presente, que es preciso. Apoyar, mejorar e impulsar la democracia, asegurar y continuar el esfuerzo.
De toda consulta, acción interactiva o forma de participación, se deben aprovechar símbolos y mensajes, cifras e informaciones actualizadas, tienen que acopiarse y clasificarse, analizarse y estudiarse. Unos y otros, ayudan a entender temas complicados y construir narrativas poderosas.
De ahí, que es preciso repetir e insistir, que el aprovechamiento de toda consulta pública, se puede lograr de muchas formas, usando cifras, indicadores, definiciones, gráficas, imágenes, leguajes simples o sofisticados. El caso es que tendrá más alcance, efectividad y duración, entre más se entienda, recuerde y aplique lo que se identifique y descubra, conozca y experimente.
Oportuno recordar, que otro ejemplo de forma de mensaje, símbolo o señalamiento es aquel utilizado para precisar y señalar, atacar directamente, algún aspecto o comportamiento, identificado y rechazado, condenado y definido como inconveniente.
Así. Se debe empezar por señalar que la multicitada consulta, es la primera que se lleva a cabo y que hay que analizar y aprovechar sus aportaciones y logros, incluyendo también sus inocultables errores y limitaciones. De unos y otros se puede aprender mucho.
En toda democracia, es indispensable consultar ciudadanía y sociedad, que son origen y destino, de la representación pública y el sistema gubernamental.
En este y otros contextos, preciso destacar y aprovechar lo bueno; esto es, logros y aciertos, avances y ventajas alcanzadas.
Hacerlo, porque es tradicional y común, concentrarse solo en señalar y atacar a los otros, por sus errores, pérdidas y defectos.
La consulta generó y genera mensajes y símbolos, en diversos contextos; contenidos y significados, directos y subyacentes. Información, datos y cifras que deben identificarse y analizarse, porque son expresiones de una realidad que exige ser entendida y atendida, bien y a tiempo.
Consultar, preguntar, dialogar, aprender, comprender… Esto y más, es parte de lo mucho que hay que hacer para mejorar los mecanismos de participación y evaluación ciudadana y social que exige una verdadera democracia.
Más consultas, participación y evaluación.
Hacerlo para asegurar buenos resultados y salir de improvisaciones y ocurrencias, de la costosa discrecionalidad y el destructivo autoritarismo.
Informar y comunicar. Consolidar y contribuir. Corregir y mejorar
Mucho por hacer, en los ámbitos de gobierno municipal, estatal y federal; y, en general, en toda institución y servicio público.
Democratizar es el verbo. Erradicar y combatir ignorancia, ineptitud, corrupción y delincuencia gubernamental.
Los gobernantes y funcionarios son, deben ser, siempre buenos servidores públicos, con probados resultados positivos. Deben servir…no servirse.
-Académico. IIESESUV Twitter @RafaelAriasH, Facebook: VeracruzHoydeRafaelAriasH