Sergio González Levet
Sin tacto
Entre un político real y periodistas verdaderos, por lo general se establecen pláticas que conducen a discusiones sin cuartel.
El protagonista se ve asediado por preguntas que son como dardos certeros y las enfrenta con respuestas contundentes, directas.
El reportero pregunta y al mismo tiempo provoca, esa es su esencia de profesional de la comunicación.
El político hace su parte cuando no cae en la trampa, en el garlito, y alcanza a responder con aplomo, con inteligencia, con atingencia (si me aceptan la cacofonía).
Por eso para el nutrido grupo del Grupo de los Diez (¡otra!) que se reunió ayer con Marlon Ramírez Marín, el Presidente estatal del PRI, fue una ocasión de ir al fondo con este dirigente entrón, valiente, informado y talentoso.
La primera pregunta, sencilla para romper el hielo:
¿No considera usted que debería renunciar para dejar el paso a las nuevas generaciones en su partido, que emprendan una transformación de a de veras?
Marlon acepta el golpe, lo digiere y sale al paso (se ve que leyó a Sócrates) con una pregunta como respuesta: Si me voy, ¿quién entraría en este momento en mi lugar?
Y desarrolla una explicación de cómo se están formando cuadros en el partido, jóvenes bien preparados políticamente que tuvieron oportunidad de participar como candidatos en el pasado proceso electoral, y no sólo como regidores sino como alcaldes que dieron buenas batallas y triunfos magníficos.
[El líder priista se asume como un opositor que no da cuartel:
»Fuimos un partido vencedor por 92 años y ahora somos un partido de oposición. Debemos asumir este nuevo rol con valentía y señalar los desaciertos del gobierno con argumentos y documentos.
»Hay temas graves que se han presentado en Veracruz y yo soy el único que ha levantado la voz para señalarlos. Muchas veces me pregunto por qué los demás se quedan callados ante acciones del gobierno o de su partido que no se ajustan a la legalidad».
Fueron muchos y variados los temas que se pudieron tratar en esa tarde lluviosa y fresca, pero esos los iré desbrozando en columnas posteriores.
Por lo pronto, me quedo con la buena impresión de un político que ha hecho una exitosa carrera, siempre dentro de su partido, al que nunca piensa abandonar.
»Y si se acabara el PRI, pues yo creo que me quedaría sin partido para siempre».
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