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    Miguel Ángel Gómez Ruiz
    Xalapa

    La mañana del lunes, fue llevado un documento al despacho de la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros, en la que, como este 17 de agosto cumple 70 años, por ministerio de ley, deja de ser magistrada del Poder Judicial del Estado de Veracruz.


    En el documento se le instruye a que desocupe su despacho y entregue las cosas que pertenecen al Poder Judicial, bajo la supervisión de personal de la Contraloría del citado poder.
    Así, sin más y de manera despectiva, la presidente del Poder Judicial, Isabel Inés Romero Cruz, que en el mes de diciembre deberá dejar también el poder, despide a la magistrada más influyente y con más reconocimiento de ese poder.
    El retiro forzoso es parte de una iniciativa que envió el entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, para forzar al retiro a magistrados que cumplieran los 70 años.
    Literalmente, el Poder Judicial se queda en la indefensión, debido a que la salida de Castañeda Palmeros será muy difícil de cubrir, con todo y que se rumora que hay varios que ya desean su magistratura.
    Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros cumplió 50 años en el Poder Judicial, fue juez en 16 juzgados, ocho civiles y ocho penales. Fue además visitadora, catedrática en la Escuela Judicial y, además, fue nombrada magistrada supernumeraria y en noviembre de 1997 la Legislatura del Estado la nombró magistrada numeraria con carácter de inamovible.
    Fue la estudiante con mejor promedio en la carrera de Derecho en la Universidad Veracruzana, logró dos maestrías y dos doctorados y obtuvo muchos reconocimientos gracias a su búsqueda de mayores conocimientos. En 2011 logró lo que jamás logró otra jurista veracruzana, como lo fue el Premio Nacional al Mérito Judicial, otorgado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
    Quien la quiere despedir de la peor manera es Isabel Inés Romero Cruz, quien fue empleada de nivel medio en el Poder Judicial y que estuvo a punto de ir a la cárcel por violar la Ley de Amparo, al ocultar un Amparo logrado por los abogados de un preso que se quedó en la cárcel más tiempo del debido, pues Romero Cruz decidió ocultar el documento.
    La entonces magistrada Teresita Álvarez descubrió su delito y la despidió, sólo que Isabel Inés Romero Cruz acudió con el presidente del Tribunal, Julio Patiño y le suplicó que no la despidiera, por lo cual determinó enviarla a un juzgado lejano para evitar problemas.
    De forma artera e inmisericorde, ahora Isabel Inés Romero Cruz trata de humillar a una magistrada que le supera en estudios, logros, carrera y dignidad, pues además en todos los puestos que ocupó, Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros se distinguió por su honradez.