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    «A dos reatas no hay toro bravo». El dicho sale a cuenta porque los 9 notables de la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana están sufriendo presiones e intentos de corrupción por parte de la rectora, Sara Ladrón de Guevara y del Secretario de Finanzas y Planeación del Gobierno de Veracruz, José Luis Lima Franco, para imponer a sus candidatos.
    Aunque con fines diversos, la rectora busca tapar las irregularidades y corrupción con que se manejó su administración, por eso busca dejar en la rectoría a su incondicional, Héctor Coronel Brizio, un universitario que si bien tiene una trayectoria académica, también tiene relaciones de personajes con oscuro pasado como Juan Maldonado Pereda, Miguel Alemán, Javier Duarte y Fidel Herrera, como abiertamente lo presume en sus redes sociales, es decir, es alguien que está acostumbrado a cerrar los ojos ante la corrupción de la administración de la que él forma parte y tiene el abierto apoyo de su jefa Sarita.


    Sara mueve sus dados, le apuesta a que quede alguien tape toda la corrupción que ha hecho en la UV; también está apoyando a Salvador Tapia Espinoso y a Carlos Lemothe Zavaleta. El primero, Salvador Tapia, está siendo cuestionado, no solo por presentar ante la Junta de Gobierno un doctorado realizado en una institución que nadie conoce, pero que hemos investigado y se encuentra su sede enfrente de la escuela Normal Veracruzana, un edificio que carece de toda la infraestructura que requiere el REVOE y los permisos para el funcionamiento de una institución académica.
    Sara sacó a campaña a Salvador Tapia, lo promocionó en todas las zonas de la UV, haciendo entrega de «obras», en las cuales desvió recursos, ya los primeros indicios están en la Cuenta Pública 2019 en donde el ORFIS le ha hecho observaciones a nuestra casa de estudios, y aunque hemos solicitado a través de transparencia se transparenten los recursos gastados en obras, tenemos conocimiento que habrá sorpresas de la Cuenta Pública 2020 y 2021… hay desvíos de recursos.
    También Salvador Tapia ha autorizado manejo de recursos a manos llenas sin que existan comprobantes de viáticos y gastos.

    ¿Un joven o un burócrata para la UV?

    Darío Fabián Hernández González. Algunos dicen que es necesario el cambio generacional de la Universidad Veracruzana, pero no de esta forma, en donde el gobernador del estado está metiendo las manos en el proceso de designación rectoral, para posicionar a Darío como el más idóneo, solo porque pertenece al grupo de los «jóvenes amigos» de Cuitláhuac Jiménez García y del Secretario de Finanzas, José Lima Franco y no por méritos profesionales.
    Darío, a la edad de 39 años pudo marcar con creces ese relevo en el que insisten sus corifeos, tuvo la oportunidad de demostrar que un joven puede ser la opción para hacer cambios pero no lo hizo. En el 2016-2018 estuvo como director del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores, Económicos y Sociales de la Universidad Veracruzana, pero no entregó buenas cuentas, tuvo faltantes económicos que nunca aclaró.
    Algunos de sus compañeros del Instituto sustentan que desde rectoría le han apoyado y no se le exigió y sancionó como se debía, el desvío de recursos cuantiosos estuvo al emprender las siguientes acciones: la impartición de cursos, seminarios, intercambios educativos, publicación y difusión, la creación de un Centro y un Observatorio, generadores de información Estadística y Rehabilitación del espacio editorial y creación de revista científica indexada. Todos en el Instituto saben de esto y ojalá la Junta de Gobierno tome en cuenta esto, porque los grupos de MORENA están ávidos de apoderarse de la UV.
    El gobierno y Morena han dicho que solo les falta tener el control de la UV, pero se refieren al control económico, eso es lo que les importa. Por eso de qué sirve que sea administrador, cuando en su haber ya pesan estas malas cuentas que entregó, por eso esperamos que la Junta de gobierno no se deje coptar por un gobernador y un secretario de Finanzas que quieren dejar en rectoría a su amigo de parrandas.

    Coronel Brizio, la carta del priismo para la UV

    Considerado el cachorro del priismo no solo por su amabilidad en el trato personal sino por ser hijo de Pedro Coronel Pérez, quien fuera Secretario de Salud en el bienio de Fernando Gutiérrez Barrios y presidente municipal de Xalapa, Héctor Francisco Coronel Brizio, también gozó de la protección y favor de viejos priistas como Juan Maldonado Pereda, cuando se desempeñó como Secretario de Educación durante el gobierno de Miguel Alemán Velasco, pues lo nombró Jefe del Departamento de Estadística y Subdirector en la Dirección General de Educación Universitaria, ambos en la SEV durante su administración.
    Ahora respaldado por el ex rector Víctor Arredondo, quien lo metió a la UV, es uno de los actuales colaboradores de la rectora Sara Ladrón de Guevara en la Dirección General de Administración Escolar y uno de sus candidatos fuertes para cubrir los millonarios desfalcos que han hecho de los recursos públicos de la Universidad que le ha documentado el ORFIS.
    En su paso por la Dirección General de Administración Escolar, ha sido gris, es el típico Godínez que cumple su horario con puntual estadística, pero que nada hizo por evitar la deserción de los estudiantes que en la pandemia tuvieron que abandonar sus estudios por carecer de conexión a internet o equipos de cómputo, pero que tal servirá de tapadera para los desvíos de su actual patrona Sara Ladrón de Guevara.

    Manzo Denes, al servicio del PRI y del FESAPAUV

    El oaxaqueño Jorge Manzo Denes, es un docto científico del autismo, que sería de celebrar sus líneas de investigación de no ser por su estrecha relación con los colaboradores vinculados al gobernador Fidel Herrera Beltrán que apoyan al actual gobernador Cuitláhuac García Jiménez; la cara visible que lo apoya es el Secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, quien a través de Rafael Arias Hernández (Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo COPLADEVER-SEFIPLAN, durante el sexenio del de Nopaltepec) le trabaja las relaciones para que una vez llegado a rectoría, desde el Palacio de Gobierno, controlen las finanzas de la UV, como se prevé con un severo recorte presupuestal, como le hicieron con el Poder Judicial del Estado y que significó el cierre de decenas de juzgados del fuero común.
    El economista Arias Hernández le trabaja la relación a Manzo Denes con el eterno cacique del Sindicato Estatal del Personal Académico de la Universidad Veracruzana FESAPAUV, Enrique Levet Gorozpe, que ha tenido una truculenta carrera como legislador del PRI, aprobando con Fidel Herrera y Javier Duarte, las cuentas públicas de la UV, a cambio de seguir al frente de la asociación del personal académico que tiene a muchos profesores ganando 60 pesos por hora y protegiendo desde la organización sindical a catedráticos acosadores sexuales de estudiantes. También ha sido visto en eventos políticos junto al diputado federal y ex rector de la UV, Rafael Hernández Villalpando.