Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
Tras el paso del huracán “Grace” por la entidad veracruzana, todavía no se cuantifican las verdaderas afectaciones.
A pesar de las carreteras destrozadas, los cortes de energía, las viviendas inundadas y destechadas, el tema es más grave.
Decenas, cientos de campesinos han denunciado la falta de atención por parte de las autoridades.
Por citar un ejemplo. Productores de los municipios de Papantla, Martínez de la Torre, Nautla, Tlapacoyan y San Rafael resultaron afectados en sus cosechas de plátano, limón y maíz.
De acuerdo con la información, más de 900 hectáreas se perdieron debido a las inundaciones y aproximadamente 600 campesinos fueron perjudicados.
Lo peor es que no habrá producción durante un año o más en esa región de Veracruz y hasta el momento, dicho por ellos mismos, las autoridades no se han acercado para informarles cómo los apoyarán, ni mucho menos se ha iniciado el censo de los daños al sector agrícola.
El ganadero también es un sector que resultó severamente afectado por el meteoro.
En el rubro pesquero la situación también es crítica. La navegación se mantiene cerrada para las embarcaciones menores.
La pesca está paralizada y sin salir a la mar, no hay ingreso para las familias que dependen de esa actividad. Esperan, al igual que otros grupos productivos, el apoyo de los gobiernos federal y estatal.
También hay familias incomunicadas como en Ixhuatlán de Madero, donde el huracán destruyó un puente que conectaba a las comunidades de Plan del Encinal y Cerro del Progreso.
El municipio de Chiconquiaco también resultó afectado, pues “Grace” destrozó tres kilómetros de carretera que conducen hacia cinco localidades y la capital, por lo que la población se encuentra incomunicada.
Lo que exigen y demandan los veracruzanos es que más allá de los discursos y distractores mediáticos, las autoridades actúen, pues muchas familias lo perdieron todo, incluso, hasta a sus seres queridos.
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