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    Brenda Caballero
    Números Rojos

    Ya lo había adelantado hace más de un año el Presidente Andrés Manuel López Obrador: “México necesita una reforma fiscal para lograr más presupuesto público”, pero todo indica que no será aumentando impuestos, pues hacerlo sería una medida antipopular que definitivamente le pegaría a la 4T, por lo que la apuesta será incrementar la base de los contribuyentes hasta en un 30% más; es decir, buscando aquellos sectores que no aportan ni un peso al Fisco y sin embargo ingresan dinero a sus bolsillos. Para ello, el Presidente le quiere agregar un ingrediente esencial: la confianza.
    Recordemos que ya en enero de 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley de Fomento a la Confianza Ciudadana que creó un padrón único de beneficiarios que se encuentran al corriente de sus obligaciones regulatorias y fiscales, a los cuales la Secretaría de Economía les sustituyó las revisiones realizadas por inspectores y dependencias federales y además, dentro de los beneficios, pueden acceder a programas de apoyo y asesoría, pero sobre todo, recibir un reconocimiento del Presidente de la República.
    Siguiendo con esa misma estrategia de fomento a la confianza ciudadana como parte del Paquete Económico 2022, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público propuso al Congreso de la Unión la creación de un nuevo régimen tributario que facilitará el pago de los impuestos en México denominado: Régimen Simplificado de Confianza, que de ser aprobado por los legisladores, comenzará su operación a partir del primero de enero de 2022.
    Seguramente así será, ya que la 4T aparte de tener una aplanadora en el Congreso Federal, ha manifestado que “Confiar en el ciudadano, ayuda a construir comunidad y fortalecer la Confianza en el Gobierno”.
    La misma Raquel Buenrostro, jefa del Servicio de Administración Tributaria, ha declarado que será un régimen que beneficiará al 82% de las personas físicas, pues podrán recurrir a él los contribuyentes con ingresos de hasta 3.5 millones de pesos al año.
    La iniciativa, que beneficiará a las personas físicas que se dedican a actividades empresariales, presten servicios o que otorguen el uso o goce temporal de bienes, cita que los pagos que harán los contribuyentes serán mensuales a más tardar el día 17 de cada mes.
    Para que puedan tributar en este régimen deberán cubrir ciertos requisitos como son: Estar dado de alta en el SAT, tener e-firma, habilitar su buzón tributario, expedir comprobantes fiscales digitales por internet globales o a sus clientes, así como solicitar y conservar sus comprobantes de gastos e inversiones.
    Una vez en el régimen, para realizar su pago mensual, los contribuyentes sumarán sus ingresos cobrados sin considerar el IVA y sin aplicar ninguna deducción y le aplicarán una tasa impositiva de acuerdo a la suma total.
    Para los que ganen hasta 25 mil pesos mensuales, la tasa que aplicarán será del 1%; para los que tengan ingresos hasta de 50 mil, lo multiplicarán por una tasa de 1.10%; hasta 83 mil 333 pesos con 33 centavos, corresponde una tasa de 1.50 %; hasta 208 mil 333 pesos con 33 centavos, tocará una tasa del 2%, mientras para los que tengan ingresos de 3 millones 500 mil pesos, la tasa correspondiente será de 2.50 por ciento.
    ¿A poco no suena tentador? Pero aún hay más, porque no estarán obligados a llevar contabilidad electrónica ni presentar declaraciones informativas.
    El régimen también beneficiará al 96% de las personas morales que cobren hasta 35 millones de pesos al año. Y al igual que las personas físicas, su impuesto a pagar será con base en sus ingresos cobrados por la tasa impositiva correspondiente.
    Se dice que será tan fácil declarar, que ya no se necesitarán los servicios de un contador. ¿Será?
    ¿Pero por qué un nuevo régimen? Aparte de promover la activación económica, motivar a la integración de la economía informal, facilitar el pago de los impuestos con un esquema simplificado, desincentivar a las factureras y la simulación, incrementar la inversión e impulsar la competitividad, Raquel Buenrostro refiere que es parte de una justicia tributaria, pues actualmente los grandes contribuyentes pagan mucho menos impuestos que las personas físicas y morales pequeñas, situación que desmotiva el cumplimiento fiscal.
    La oferta suena muy atractiva para los que pagamos impuestos, pero ¿funcionará este Régimen para lo que pretende el Presidente? ¿Le alcanzará para cubrir sus programas sociales y sus obras proyectadas?

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