Sergio González Levet
Sin tacto
Pregunte usted a cualquier jarocho bien nacido si se debe celebrar o no el Carnaval del próximo año.
No se preocupe usted, ¡todos le van a decir que sí!
Así que eso de si va a haber o no la fiesta de la alegría, es un falso dilema, una preocupación inexistente.
Tan falso como la decencia política que presumen aquéllos que no quieren apoyar con recursos que tradicionalmente se han dado en pos de la viabilidad y el esplendor de la fiesta insignia del estado.
Yo no termino de entender a un gobierno estatal que retira la ayuda para una celebración tan tradicional y tan importante -crucial para la economía porteña- solamente con la razón (o más bien la sinrazón) de que la autoridad municipal no es emanada de Morena y no se ha plegado -ni se plegará- a sus caprichos y ocurrencias.
Pero el hecho de que un ayuntamiento es panista y lo seguirá siendo el próximo año no puede ser una razón para que la administración morenista castigue a los electores porteños.
Eso es una forma malévola y corrupta de usar el poder, de abusar del poder.
La autoridad municipal entrante, presidida por la licenciada Patricia Lobeira, tomó la prudente decisión de celebrar el Carnaval hasta el mes de junio, lo que dará tiempo a la comuna para preparar protocolos de higiene y seguridad que eviten una nueva ola de contagios.
Va a tener que hacerse así porque el virus maldito no nos quiere dar un momento de descanso, un refrigerio, y ataca con nuevas cepas que preocupan a todo el mundo.
No faltaron., claro está, los sesudos especialistas en fiestas populares que se rasgaron las vestiduras porque esta vez el marte de Carnaval no será en febrero o marzo. Allá ellos y su conocimiento. Allá ellos y su conciencia, seguramente vendida al mejor postor… o al único.
Van los veracruzanos a organizar el Carnaval 2022 con sus propios medios. Y no obstante, la falta de apoyo del gobernador Cuitláhuac García Jiménez puede resultar un acicate para que el Comité del Carnaval y su mejor Presidente de la historia (saludos, Luis Antonio Pérez Fraga) encuentren otros caminos de subvención para que la alegría de los jarochos deje de depender del estado de ánimo del mandatario estatal.
Sí va a haber Carnaval. Será en junio. Y será uno de los mejores.
Pregúnteselo a cualquier veracruzano bien nacido y le dirá que por supuesto.
¿O no?
sglevet@gmail.com