Veracruz
El pasado 25 de noviembre, el Ayuntamiento de Veracruz que preside Fernando Yunes Márquez, otorgó a través de un proceso legaloide, la cantidad de 400 mil pesos a la consejera estatal del PAN, Eunice Reyes Ruiseco, una de las piezas claves del famoso Chiquinando, en el proceso legal interno del consejo estatal panista.
Para muchos, esta acción es una amarrada de dedo ante una virtual derrota de la planilla que encabeza el hoy procesado Tito Delfín, para que los recursos legales “tiendan a favor” del grupo yunista.
A este sospechosa sospechosa concesión de casi medio melón, se le suma el acto ilegal en el que incurrieron los Chiqui-Titos (cómo se le conoce a la alianza Yunes-Delfín) que fue la sustitución del titular de la planilla, al imponer a Federico Salomón sin que hasta el momento exista claridad ni legalidad en su nombramiento, pues la convocatoria panista no contempla en ningún rubro la sustitución del titular contendiente.
Pero lo que sí está claro es que el terreno de las trampas ya fue construido y tienen en la bolsa a una más de las piezas del consejo a través del otorgamiento de casi medio millón de pesos, según lo muestran los propios documentos que se filtraron esta mañana.
La contienda estatal ha estado marcada de extraños sucesos que tienen un factor común: las trampas y los señalamientos de la familia Yunes hacia el interior del partido y al parecer éste será el último clavo en su ataúd que los entierre, pues es una prueba más de su intervención ilegal.
Ya perdieron por trampas Veracruz y todo se enfila hacia la derrota en la elección de la dirigencia panista estatal.