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    Enrique Yasser Pompeyo

    Mesa de Redacción

    Desde su llegada a la administración estatal, el secretario de Salud Roberto Ramos Alor ha generado más que una simple polémica con sus declaraciones, con sus exabruptos.

    Del “no les embona ningún chile”, el funcionario pasó a “antes muertas que sencillas”.

    La primera frase fue en respuesta a las reporteras que lo cuestionaron por la compra de medicamentos con la empresa Abisalud, vinculada con el entonces superdelegado federal de Jalisco, Carlos Lomelí, señalado por beneficiarse con gobiernos morenistas.

    La segunda expresión fue durante su comparecencia hace unas semanas y tras los cuestionamientos de la diputada Anilú Ingram Vallines por el desabasto de medicamentos.

    Ramos Alor, primero le dijo: “Qué confortable es manejar datos y números desde una elegante y confortable oficina”, cuya expresión también agrede a las demás legisladoras, incluidas las de Morena, así como a todas las mujeres de la administración estatal.

    Pero no contento con eso y exaltado, agregó: “Veracruz y el país ya está cansado de conocer la historia de diputadas y diputados que nunca hacen esta práctica democrática y que son totalmente palacios y antes muertas que sencillas, porque nunca han estado cerca del pueblo, ¿qué representan esas diputadas?”.

    Por ello, la también coordinadora del Grupo Legislativo del PRI lo denunciará este jueves por violencia política de género ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, el Tribunal Electoral de Veracruz (TEV), el Organismo Público Local Electoral (OPLE) y la Contraloría General del Estado (CGE) para que se proceda en consecuencia.

    Al respecto, la diputada señala: “Quiero ser la voz de todas aquellas que callaron por miedo a perder su trabajo, por miedo a ser calificadas de exageradas, aquellas que callaron porque sus familias les dijeron que mejor se acostumbraran a ser tratadas así por los jefes, porque si no, no iban a ascenderlas”.

    Además, agrega: “Esta denuncia, no solo es por mí, es por todas las mujeres del estado, porque Veracruz necesita de todas”.

    Aunque Roberto Ramos Alor diga que es “caballero”, parece que siempre se le olvida. Lo preocupante es que se observa una actitud misógina del secretario de Salud.

    La denuncia interpuesta por la diputada Anilú Ingram Vallines contra Ramos Alor cobra relevancia, precisamente, porque como funcionario público y como hombre, le debe respeto a todas las personas y particularmente a las mujeres.

    Además, porque sienta un precedente que permite visibilizar la violencia política de género que prevalece en la administración pública y que se debe erradicar.

    enriquepompeyo@hotmail.com