Felipe de Jesús Fernández Basilio
Desde A Janela
Antes que nada, les deseo a todos mis lectores un excelente 2022 y aunque todo indica que el año que comienza va a ser muy complicado para México y para la mayoría de los mexicanos, es necesario comenzar con los mejores deseos.
Ahora entrando en los acontecimientos que el día de hoy vamos a comentar, resulta necesario señalar que, aunque la frase del título de esta colaboración es muy trillado al provenir de una de las obras más famosas de la literatura universal, no encuentro algo que describa mejor lo que está sucediendo en el estado de Veracruz.
Y es que lo que vimos tanto al cierre del 2021 como al inicio del 2022 es solo la punta del iceberg de toda una cadena de abusos de autoridad, atropellos a las constituciones federal y estatal y de la destrucción del Estado de Derecho que sistemáticamente se han venido llevando a cabo desde diciembre de 2018.
Sí, Veracruz es un verdadero cochinero desde el ángulo en el que se le mire y para darse cuenta de ello solo basta con escoger un solo tema y en ese tema saldrán a la luz muchas de las cosas señaladas en el párrafo anterior.
Y así tenemos que por las malas o por la muy malas el gobierno del estado ha destruido o inutilizado, que para el caso es lo mismo, todo el andamiaje constitucional que tímidamente comenzaba a funcionar en la entidad federativa.
Resultando como consecuencia de los abusos de poder llevados a cabo por parte del gobierno del estado que la desaparición de poderes en la entidad es absolutamente real, ya que utilizando todas las malas artes electorales y ante la pasmada actitud de los partidos que se dicen opositores pero que parecen comparsas, el partido del gobernador obtuvo una mayoría absoluta en la legislatura del estado, cuando la tendencia nacional y en otras entidades fue de equilibrar la balanza en los poderes legislativos.
Por otra parte, el poder judicial independiente de los otros en la práctica no existe, ya que en sus órganos de dirección y control ha sido copado por operadores y títeres del gobierno del estado, lo cual hace que los jueces sean sujetos a todo tipo de presiones para procesar y mantener en prisión incluso con argumentos inverosímiles a quienes en Enríquez les ordenen.
Los órganos autónomos no existen más que de nombre y se hacen occisos ante los atropellos que día a día se cometen y muestra de ello es que resulta increíble que hasta la CNDH que en su actual administración no ha hecho casi nada, emita una recomendación por violación a los derechos humanos por parte de policías, fiscales y gobernador a unos jóvenes que fueron ilegalmente mantenidos en prisión, mientras que la comisión Estatal de los Derechos Humanos no ha dicho ni pío y eso que es la que se encuentra en la misma ciudad (Jalapa) en la que se dieron los hechos.
Y ya que hablamos de la Comisión Estatal de Derechos humanos me viene a la mente uno de los tuits incendiarios de Ricardo Salinas Pliego, en el cual dice que no son haraganes los empleados de universidades públicas que se niegan a regresar a clases presenciales, sino que más bien son rateros por estar cobrando por un trabajo que no llevan a cabo; pues ese es exactamente el caso de Namiko Matzumoto Benítez y sus vocales, quienes cobran puntualmente sus muy jugosos sueldos mientras los abusos y las extorsiones policiales abundan al amparo de los famosos ultrajes a la autoridad aderezados por la siembra de armas y/o sustancias prohibidas a los afectados.
Muchas personas en Veracruz han sido y seguirán siendo víctimas de los abusos gubernamentales y la Comisión Estatal de Derechos Humanos seguirá haciéndose de la vista gorda al estar encabezada por meros ladronzuelos que cobran por un trabajo que no hacen y quienes espero que algún día respondan a los veracruzanos por todo lo que no han hecho.
También hay que mencionar que la gran mayoría de los ayuntamientos se encuentran bajo chantajes y amenazas provenientes de lo más profundo de Palacio de Gobierno y eso ha tenido como resultado que muchos ediles electos se hayan vuelto meros oportunistas y en lugar de luchar por su autonomía se sumen a las filas del partido del gobernador pese a que sus electores decidieron que fuera otro el partido que gobernase en su municipio.
Y ante ese estado de descomposición que impera en el estado, resulta al menos esperanzador que el Senado de la República haya decidido comenzar una investigación de los abusos cometidos por el gobierno del estado, ya que todas las instancias locales definitivamente son incapaces de alzar la voz y ejercer sus facultades.
Aunque es temprano para saber si los senadores realmente van a buscar esclarecer los hechos y buscar la manera de que no se vuelvan a repetir o si todo terminará en que sale de la cárcel del Río Virgen y las cosas se quedan tal y como están, ya que la verdad en estos tiempos aplica más que nunca eso de «hasta no ver, no creer».
Más para concluir les digo que Veracruz necesita una sacudida drástica en la que cesen en sus funciones los funcionarios espurios que encabezan la fiscalía del estado, el poder judicial; los que no hacen nada como en Derechos Humanos o los que llegaron por malas artes y notoriamente demuestran que no son autónomos como sucede en el IVAI y así mismo que sean llamados a cuentas quienes desde el ejecutivo y el legislativo han cometido todo tipo de abusos y violaciones a la constitución.
En pocas palabras, hay que desbaratar todo y volver a empezar. Suena difícil y poco probable que suceda, pero hay que señalarlo porque, aunque suene trillado: algo está muy podrido en Veracruz.
felfebas@gmail.com
Twitter: @FelipeFBasilio