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    Yair Ademar Domínguez
    Punto y Coma

    El gobierno de Veracruz a cargo de Cuitláhuac García Jiménez ha tomado al toro por los cuernos desde el primer momento de su mandato, no sólo para salir avante del saqueo histórico de los gobiernos de los últimos años, también para reducir la desigualdad, atacar de raíz la inseguridad, contener la pandemia del COVID-19 y generar las condiciones que permitan mantener el consumo que genera empleos y bienestar económico.

    De manera abierta, directa, con acciones y no con palabras vanas, este gobierno le ha venido quitando campo de acción a los grupos delictivos, impulsando las actividades económicas, turísticas, de desarrollo regional, arrebatando a los jóvenes de las garras de los grupos delincuenciales para ofrecerles oportunidades educativas, culturales, de diversión, en las regiones más apartadas del territorio veracruzano.

    En los últimos tres años se ha registrado una reducción sostenida de la incidencia delictiva en la entidad. Por eso el escozor, las reacciones, los intentos aislados de desestabilizar. Este gobierno ha venido recuperando la confianza ciudadana.

    El año pasado nuestro estado fue objeto de reconocimiento por parte de diversas instancias nacionales y del extranjero por la reducción de la incidencia delictiva, entre ellas el Instituto para la Economía y la Paz (IEP) en su «Índice de Paz México 2021» ubicó a Veracruz como la décima entidad más pacífica del país.

    De igual forma el informe del Índice de Estado de Derecho en México 2020-2021, elaborado por The World Justice Project México, colocó a la entidad en noveno lugar nacional entre las mejor evaluadas en el rubro orden y seguridad.

    A su vez, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ubicó a Veracruz como la segunda entidad más segura del país. Este mismo instituto señaló que en 2021, en Veracruz, un 25.95 por ciento de nuevas empresas abrieron sus puertas, quedando en noveno lugar nacional en cuanto a emprendimientos.

    Todos estos indicadores han permitido que los gobiernos de Estados Unidos y de Canadá, al emitir las alertas de viaje para sus ciudadanos no incluyan a Veracruz en la lista de entidades consideradas inseguras para viajar.

    A esto hay que sumar el anuncio de que la empresa Constellation Brands invertirá más de 5 mil millones de dólares en Veracruz para instalar una planta de embotellamiento de sus productos, sumado a la inversión de 8 mil millones de pesos que el conglomerado Braskem Idesa proyecta junto con PEMEX para el sur de la entidad, son un claro aval a las políticas de seguridad que desarrolla el gobierno del estado de Veracruz para dotar al inversionista de certeza.

    Así, a finales de noviembre de 2021, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) presentó el Atlas Prospectivo Territorial-Industrial para la atracción de inversiones, desarrollado en conjunto con el programa ONU-Hábitat y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), donde el estado de Veracruz tiene una participación trascendental en uno de los cinco clusters y corredores de mayor potencial de desarrollo, el corredor Coatzacoalcos-Palenque.

    La inclusión de la entidad veracruzana, en los proyectos de desarrollo económico federales, no hubiera sido posible si el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez no hubiera consolidado una estrategia para combatir la incidencia delictiva.

    La ecuación que ha seguido Veracruz ha sido la correcta, se ha avanzado considerablemente. Mejor seguridad se traduce en mayor inversión y mayores posibilidades de crecimiento. Con la generación de empleos se quita la base social a la delincuencia, y en esa operación de aritmética social, la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz (COESCONPAZ) es el factor que suma. Esto no quiere decir que los problemas se hayan terminado. Para nada, pero sí se puede señalar que se va por el camino correcto.

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