Destacado


    Guadalupe H. Mar
    Mira Política

    «FUERON LOS SOLDADOS, M’IJA» … En marzo del año 2007, los periodistas de la revista Proceso, Regina Martínez y Rodrigo Vera, publicaron el reportaje de la anciana de 72 años, Ernestina Ascensio Rosario, una indígena nahua que presuntamente fue violada por soldados en la comunidad de Tetlatzinga, en la sierra de Zongolica, hecho que los reporteros testimoniaron detalladamente y que ahora, a más de 14 años, da sustento a una nueva investigación gubernamental sugerida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.


    El reportaje de Regina Martínez, egresada de la facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación, de la Universidad Veracruzana y Rodrigo Vera, fue titulado en la revista Proceso: «FUERON LOS SOLDADOS, M’IJA» y en él, los reporteros dan cuenta de los hechos que provocaron la muerte de la indígena, pieza periodística cuyos primeros párrafos reproducimos a continuación:
    «SIERRA DE ZONGOLICA, VER. – La indígena nahua Marta Inés Ascensio encontró a su madre moribunda, con el cráneo y las costillas rotas. Yacía sobre la hojarasca, en un frío paraje de la comunidad de Tetlatzinga sombreado por enormes pinos.
    -¿Qué tiene, madre? ¿Qué le pasó? -le preguntó angustiada.
    Y su madre, la anciana Ernestina Ascensio Rosario, de 72 años de edad, le respondió con mucho esfuerzo:
    «Fueron los soldados, m’ija. Los soldados me golpearon, me amarraron y me taparon la boca. Traían sus cartucheras repletas de balas».
    A poca distancia de ahí, sobre un desnudo montículo, un campamento del Ejército Mexicano compuesto por 150 elementos seguía con sus labores de vigilancia. Tiendas de campaña desplegadas aquí y allá, pequeños grupos de soldados deambulando de un lado a otro».
    El resto del reportaje, por cierto, fue prácticamente lo que el pasado 10 de diciembre expuso en «la mañanera» de ese día Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación (Segob): https://bit.ly/3rjAt8N
    Ese viernes 10 de diciembre, el subsecretario de la Segob expuso que en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, se refirió «al compromiso que asumió el señor presidente respecto a esclarecer la posición del gobierno federal y del Estado mexicano respecto al caso de la señora Ernestina Ascencio, una mujer indígena náhuatl de 73 años de edad, que vivía en condiciones de marginación y de pobreza en el municipio de Soledad Atzompa, en Veracruz, y que, por declaraciones de sus familiares, fue atacada por elementos del Ejército mexicano que incurrieron en violación…»
    Por ser compromiso presidencial, Alejandro Encinas anunció que «la Fiscalía General de Justicia del estado de Veracruz, abrirá de nueva cuenta las indagatorias hasta agotar todas las líneas de investigación, a fin de garantizar la verdad, la justicia y la reparación integral para las víctimas».
    A más de 14 años de estos hechos que provocaron la muerte de la anciana Ernestina Ascencio, en el municipio de Soledad Atzompa, en Veracruz, el asunto vuelve a tener vigencia, se desempolva y habrá que ver si en realidad se llega a las últimas consecuencias, pues involucra al entonces presidente de la república, el panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y al priista Fidel Herrera Beltrán como gobernador de la entidad veracruzana, quien por cierto despidió al personal médico que en su momento dejo entrever que efectivamente había sido una violación.
    HOYOS CONURBADOS … Se ha cumplido el primer mes de la administración de los presidentes municipales del estado de Veracruz y cada uno de ellos, con lo poco que se van agenciando de lo que reciben del pago del Impuesto Predial van haciendo lo que pueden para hacer como que hacen, como contratar a decenas de personas para que se dediquen a barrer las calles y bien para pintar guarniciones.
    Sin embargo, lo que urge atiendan por ejemplo los alcaldes de los municipios conurbados de Veracruz y Boca del Río, Patricia Lobeira Rodríguez y Juan Manuel de Unánue Abascal respectivamente, es la gran cantidad de hoyancos, que alguna vez fueron baches, heredados por sus respectivos antecesores.
    No hay zona de la conurbación que se salve de estos inmensos cráteres que son prueba de que en los últimos cuatro años no hubo mantenimiento al asfaltado de las calles de ambas ciudades.
    DÍGALO SIN MIEDO … Al correo electrónico guadalupehmar@yahoo.com