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    Vicente Luna Hernández


    Mi Padre siempre decía esa frase cuando había alguna diferencia entre sus hijos y sus hermanos y hoy ante los señalamientos hacia uno de los hijos del Presidente Andrés Manuel López Obrador compruebo una vez más que cuanta razón tenía mi viejo… los hijos duelen.
    La realidad es que al Presidente nunca se le ha señalado de manera directa por algún hecho de corrupción durante su trayectoria política, sin embargo, son varios los colaboradores de su círculo cercano ayer como Jefe de Gobierno y hoy como Presidente que han sido exhibidos y le han hecho lo que el viento a Juárez…según parece.
    ¿Cómo culpar al Presidente que su hijo tuvo la fortuna de que su pareja sentimental «tenga dinero»? ¿Acaso el Presidente le consiguió a su pareja? ¿Insinúan que el Presidente haya ordenado privilegios a Carolyn Adams por el hecho de ser su nuera? Ante esto dudo que el Presidente haya intervenido pero seguro que le afecta en su imagen y en su discurso de austeridad ante los lujos de cómo vive uno de sus hijos, esos lujos que están fuera del alcance de la mayoría de mexicanos y más de esa base social que son fieles seguidores del Presidente y que lo arropa ante semejantes cuestionamientos.
    El Presidente ha dicho: «que se investigue» y la pregunta es ¿Quién va investigar cuando la FGR se niega a dar el expediente al INE de la investigación de un hermano del Presidente? Ante tantos retos y problemas que debe atender y resolver el Presidente, es necesario que quienes tienen la responsabilidad de atender estos hechos lo hagan de manera responsable y autónoma en todo el sentido de la palabra, lo ha dicho de manera reiterada el Presidente: «el que nada debe nada teme».
    Ante el enojo del Presidente yo me pregunto. ¿Acaso no espera este tipo de señalamientos cuando está encabezando una transformación y las mafias del poder están molestas? ¿Acaso el Presidente no ha tomado las debidas medidas para no desviarse de su objetivo principal? Si ya en su momento dijo que solo respondería por su hijo menor de edad, ¿porque enojarse de un reportaje – seguro habrá otros- que señala posibles conflictos de interés de algunos de sus hijos? ¿Acaso el hijo no puede responder por sí mismo? Seguramente que si…pues que hable el hijo y la nuera.

    Seguro que cuando José Ramón López Beltrán decidió formar su familia al lado de Carolyn Adams en lo que menos pensó es en darle dolores de cabeza su Padre, sin embargo, la realidad es diferente, ya el PAN presentó una denuncia ante la FGR para pedir se investigue los presuntos actos de corrupción y tráfico de influencias que habrían sido cometido por el hijo mayor del Presidente y la senadora Xóchitl Gálvez anunció que denunciara a José Ramón ante las autoridades de Estados Unidos para que investiguen el caso como un posible soborno por parte de la empresa de tecnología energética Baker Hughes.
    La mayor fortaleza políticamente hablando del Presidente es su autoridad moral, siempre lo ha presumido y los altos niveles de popularidad lo respaldan, sin embargo, por el bien de todos más que mostrar alguna molestia y culpar a algún medio de comunicación, debe poner orden trátese de quien se trate, es cierto…los hijos duelen.
    P.D.- Con el ánimo que lo público se haga más público y lo privado más privado…escribiré otro día.