Carlos Darío Arcos
El Armex
El lunes pasado, David Emmanuel Rivera Almazán, de 11 años, y su hermano Jesús Miguel Brito Almazán, de 6 años, vecinos de la Congregación Ahueyahualco, municipio de Altotonga, salieron de su hogar como lo hacían comúnmente, para ayudar en las tareas familiares como pastores de una vaca. Chiquillos al fin, dirigieron sus pasos hacia un talud de arena para jugar y, por designios que no podemos comprender, el cerro, reblandecido por las recientes lluvias, se desgajó sepultando a los menores con toneladas de arena.
Más tarde, al advertir que los chicos no regresaban, sus padres fueron en su búsqueda sin éxito. En el transcurso de la tarde, la comunidad de Ahueyahualco, solidaria como siempre, se volcó a auxiliar con palas, para remover la inmensa cantidad de arena.
Notificadas del suceso, las autoridades municipales acudieron en apoyo de las labores de rescate. Para entonces, más de 500 pobladores ya estaban en esa tarea, por lo cual Protección Civil municipal solo participó acordonando el área y la Policía Municipal, en la vigilancia para prevenir algún desorden.
Un trascabo aportado por los ejidatarios, participaba en las maniobras, y solicitaron al municipio combustible para la máquina y para la planta de luz instalada en la zona. Es en ese lapso, hacia las 2 de la mañana, que son encontrados los cuerpos sin vida de los niños.
Ante la tragedia, el Presidente Municipal Juan Ignacio Morales Guevara, de acuerdo con los familiares de las víctimas, dispone se brinden todas las facilidades para las difíciles horas por venir. El traslado de los cuerpos a Xalapa para los trámites de rigor y el apoyo a los familiares de los chicos, con los recursos necesarios para enfrentar los gastos funerarios.
Esos son los hechos simples y llanos, aunque dolorosos. Testigos de los mismos: Los padres de los niños fallecidos.
Digámoslo claro y fuerte: La participación de las autoridades municipales se da en el momento que fue requerida y en la medida en que los habitantes de Ahueyahualco lo permitieron y, desde luego, esa tarea es parte de las obligaciones a las que se comprometieron al asumir la responsabilidad de encabezar el Ayuntamiento.
Por tanto, no se trata de colgarle al Alcalde ninguna medalla, su participación en los hechos narrados, es parte de su compromiso, de su emoción social y de las atribuciones inherentes al cargo que desempeña.
Pero es justo señalar también que, quienes pretenden utilizar la tragedia destilando su veneno en las redes en busca de culpables, solo enseñan su mezquindad, y su amargura por las canongías perdidas, dirigiendo su muy reciente indignación a un golpeteo político con el cual desahogan sus frustraciones personales.
Ese odio, enmedio de momentos que debieran ser de unión y de solidaridad con Ahueyahualco, sólo los exhibe, de cuerpo entero, como la basura que son y han sido siempre.
Descansen en Paz David Emmanuel y Jesús Miguel. Dios con ellos 🙏🏽.
CARLOS DARÍO ARCOS