Teresa Carbajal
Debo, no niego; pago, lo justo
El día de ayer se votó en San Lázaro la cobranza delegada. Las participaciones de los legisladores promoventes de la misma al dar su postura dejaron al descubierto, la ignorancia, la indolencia, el desconocimiento del tema y muy seguramente su inexperiencia en tener que pedir prestado para completar la semana, la quincena, incluso comer por un día.
En contraste con ello, tenemos a la contraparte de esos impulsores de la ley que despojará a los trabajadores de su salario para entregarlo a los agiotistas de cuello blanco, qué quienes son; pues el pueblo, la clase trabajadora los que no pueden tener un ahorro por insuficiencia de ingresos y exceso de gastos para sostener su subsistencia y la de sus familias.
Aquellos que salen todos los días a trabajar para ganar apenas un salario mínimo o menos y que solo cuentan con este único ingreso para cuidar su salud, comprar los víveres, proveer de educación a sus hijos y pagar una renta o una hipoteca, y los servicios públicos.
Este sector de la población, que somos desde luego la mayoría, y a quienes se les denomina pobres, tiene que recurrir en muchas ocasiones a pequeños financiamientos o préstamos con agiotistas que prestan dinero de manera irregular y clandestina con altísimos costos de intereses, los que cobran de manera ya no mensual; sino semanal, incluso diaria.
Así, ante la falta de algo que dar en garantía para respaldar su dicho de que sí van a pagar la deuda con intereses, no tienen mas que su propia firma. La que no dudan en otorgar en cualquier documento, contrato o pagaré como muestra de su “palabra” de cumplimiento.
Eso aunado a la precariedad de sus ingresos y a lo elevado de los costos del préstamo, los lleva al incumplimiento; sucede entonces que estos prestamistas que le conocen ya muy bien a su leonino e inmoral negocio, les hacen firmar a sus clientes pagarés en blanco, para posteriormente llenarlos a su modo con cantidades de dinero que no se les prestaron y con ello poder demandarlos en juzgados que bajo el principio de buena fe y del valor y ejecutividad con que cuenta un pagaré.
Ordenan el requerir de pago a los deudores, y en su caso embargarlos en sus bienes, en caso de no poder pagar.
Este es el caso de una joven, de quien por razones obvias me reservo su nombre, empleada de una pequeña pastelería en donde apenas sí gana el salario mínimo, su afligida madre recibió en préstamo la cantidad de 4 mil pesos, firmando a cambio un pagaré en blanco.
Después de atrasarse en el pago semanal, recibió una demanda de un tribunal federal en donde le reclaman más de cien mil pesos mas intereses, ¡jamás recibió esa cantidad!, y desde luego no tiene para pagar; sin embargo, el miedo de lo que le pueda pasar por haber sido demandada ante un tribunal federal, como perder la libertad de ella o de alguien de su familia, o que enteren de lo que hizo. Le ha llevado a la idea de quitarse la vida.
¡Tenemos que estar atentos a lo que sucede! No se trata solo de deudas, no se trata de fallas legales, no se trata de falta de regulación, se trata de una crisis que todos estamos viviendo, en donde los pobres son quienes más están padeciendo.
Estos casos, lastiman a nuestra sociedad, nos lastiman a todos, por la violación sistemática de nuestros derechos como personas en situación de deuda, por parte de otras personas, de las instituciones o como ayer sucedió de los legisladores. No firmar cualquier tipo de documento, mucho menos en blanco, porque hay una banda de agiotistas al acecho, la banda del pagaré, esa que no conoce de principios, de empatía, ni de justicia, esa que al amparo de las leyes y de la ignorancia y necesidad de las personas sobre todo mujeres, arremete en contra de ellas y de su salud, de su familia.
Esto es una forma de delinquir, por eso la llamo la banda del pagaré. Tenga cuidado y pida ayuda, siempre habrá defensa para cualquier caso que pueda considerarse desesperado, pida ayuda, acérquese al Barzón.
Llama al 2281148502 visite www.elbarzonrc.org Contacte elbarzonrc@yahoo.com.mx, O sígame en @terecarbajal