Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
Mientras las autoridades estatales están más preocupadas por la consulta para la revocación de mandato, los hechos de inseguridad no paran en ninguna zona del estado de Veracruz.
Este domingo, por ejemplo, un hombre fue asesinado a balazos y otro quedó gravemente herido. Los hechos ocurrieron en la congregación San Joaquín, municipio de Yanga.
Otro caso ocurrió en la localidad Paraje Nuevo, municipio de Amatlán de los Reyes. Ahí, un comerciante florista fue ejecutado de varios impactos de bala.
En la zona sur también siguen los hechos sangrientos. Un taxista que había sido privado de su libertad, fue encontrado en la calle ejecutado y con huellas de tortura, en la localidad Calería, municipio de San Andrés Tuxtla.
Pero un hecho que causó indignación en algunos, así como dudas y sospechas entre otros, fue el caso del individuo que se encontraba en un hospital y quien fue sustraído por un comando.
Como lo informaron los medios de comunicación, la persona a la que se llevaron se encontraba en el Hospital Regional de Alta Especialidad de la ciudad de Veracruz. Fue el viernes cuando los sujetos armados, amagaron al personal de seguridad y se llevaron al individuo del nosocomio.
Como siempre, los cuerpos policíacos hicieron su operativo mediático para la foto pastelera, porque no encontraron a nadie, no detuvieron a nadie y el sujeto en cuestión aún no aparece.
Es más, la Fiscalía General del Estado, a través de un boletín, había calificado de “exitoso” el operativo coordinado entre la Unidad en Combate al Secuestro y la Secretaría de la Defensa Nacional, en el cual se detuvo al presunto delincuente que luego fue privado de su libertad. En el texto oficial se confirma que era custodiado por elementos de la Policía Ministerial, quienes fueron sometidos.
¿Qué hace la fiscal Verónica Hernández Giadáns? ¿Qué hace el secretario Hugo Gutiérrez Maldonado? ¿Cuál es la capacitación que reciben los elementos de seguridad?
Siempre hablan de operativos coordinados con las fuerzas federales, pero, como en este caso, no logran detener a los presuntos delincuentes.
Las cifras y los porcentajes de sus supuestos resultados son otra cosa; en los hechos, como el del pasado viernes ocurrido en el puerto de Veracruz, se observa todo lo contrario. No hay resultados, no hay acciones. Todo se queda en el discurso.
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