Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
Aunque parecería que todavía está lejano el proceso electoral de 2024 en el estado de Veracruz, lo cierto es que los tiempos se han adelantado.
Mientras el partido en el poder se posiciona entre la población y el electorado, otros, como el Partido Acción Nacional, que es o era el más fuerte de la oposición, se muestra tambaleante.
La lucha por el control del Comité Directivo Estatal ha generado un desgaste, pero, también provoca incertidumbre entre los militantes y los simpatizantes.
Este lunes debió iniciar la campaña interna, por segunda ocasión, y el 8 de mayo se llevaría a cabo la elección, pero no ocurrió así.
La Comisión Estatal Organizadora (CEO) decidió suspender el proceso, de acuerdo a la resolución de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en la que establece que no estaban consideradas algunas etapas del proceso.
Había ya una recalendarización que se había establecido desde la solicitud de sustitución de una de las planillas y a partir de ahí se impugnó la misma.
Además, una de las planillas metió un recurso para que se determine si el proceso es válido o si debe repetirse la elección, por lo que se está a la espera de la resolución.
Esta situación también provoca que al exterior no se observen voces disidentes en la entidad.
Hoy, lo que urge es que se logre la unidad en Acción Nacional con miras a los comicios de 2024.
Algunos sectores no ven al instituto político como una esperanza ni como una opción real para la renovación de los diferentes cargos de elección, principalmente la gubernatura.
Ojalá y los panistas estén a tiempo para poder lograr consensos y se unifiquen, pues de otra manera, el escenario se tornará complejo y más, si se busca una gran coalición con los demás partidos opositores para derrotar al partido gobernante.
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