Felipe de Jesús Fernández Basilio
Desde A Janela
La invasión rusa a Ucrania ha tenido que ser replanteada tras un par de meses y es que, a decir verdad, las cosas no le salieron como a Putin como los tenía planeadas.
Y es que el plan original de los rusos era hacer una invasión al estilo americano, es decir, valiéndose de su supuesta abrumadora superioridad militar y tecnológica para en máximo una semana ocupar los puntos neurálgicos del país, desarticular y poner fuera de combate al ejército regular ucraniano y de ser posible derrocar al gobierno y poner uno títere en su lugar.
Sin embargo, las cosas no fueron como se imaginaban en el Kremlin debido a que en primer lugar Rusia no es Estados Unidos, ya que no cuenta con el presupuesto militar que estos últimos tienen ni tampoco con una tecnología militar comparable a la norteamericana ni mucho menos sus tropas tienen ni la formación ni la doctrina militares que existen en occidente.
Lo anterior se debe a que Rusia no tiene ni de lejos el PIB norteamericano debido a que su población es menor y sobre todo a que, a pesar de ser ahora una oligarquía, no ha superado del todo el rezago económico heredado de tantos años de vivir bajo un régimen marxista.
Lo cual se traduce en que el presupuesto dedicado al ejército es menor al de los E.U y consecuentemente su capacidad operativa y letal también lo es; por otra parte, la doctrina operacional rusa a lo largo de los siglos y profundizada en la era soviética, se ha basado en realizar ataques masivos para conquistar determinados territorios, apoyados en un gran número de soldados implicados, con la consecuente sangría que ese proceder implica tanto en hombres como en material; por ello es que en todas las guerras en las que han intervenido los rusos de manera directa, la cantidad de bajas que sufren son inconcebibles ante los ojos de un occidental.
En resumen, el modo de operar del ejército ruso es muy primitivo para la guerra moderna y en contraste a la creencia que la propaganda de Moscú ha generado en el mundo, es que se dice que Rusia es un coloso con los pies de barro.
Por otra parte, la gran ofensiva rusa también se frustró debido a que los mandos políticos y militares rusos subestimaron completamente al enemigo que adquirían, ya que pensaron que con el solo hecho de penetrar con una gran cantidad de soldados y de equipo militar, iban a provocar tanto la desbandada de las fuerzas armadas ucranianas como también iban a conseguir el apoyo de la población local ruso parlante y para su desgracia, ninguna de esas dos cosas sucedió y el resultado de lo anterior fue que ni lograron capturar Kiev ni tampoco obtuvieron grandes avances en el oriente ucraniano y ya ni hablar de neutralizar al ejército regular ucranio.
Y algo más que pasaron por alto los rusos, fue que los mandos militares ucranianos se formaron en la antigua URSS al igual que los mismos rusos y por ello es que conocen perfectamente tanto las estrategias como los modos operacionales y las tácticas rusas, lo cual es una invaluable ayuda a la hora de establecer una defensa territorial.
Por último, también es de destacarse que tanto la ayuda financiera como militar que los países occidentales han enviado a Ucrania ha contribuido mucho para mantener al ejército ucraniano y también para causarles muchas más bajas a los rusos ya que, por ejemplo, las armas antitanques y antiaéreas que han llegado a Ucrania causaron muchas pérdidas a los invasores.
Pues bien, como consecuencia de lo anterior, los rusos cambiaron totalmente sus objetivos bélicos y ahora en lugar de hacerse con toda Ucrania, solo se están concentrando en ocupar ciertas partes del oriente de ese país en los cuales existe mucha población políticamente afín al gobierno ruso y políticamente Moscú cambió su discurso de «desnazificar Ucrania» por el de únicamente «apoyar» a los separatistas pro-rusos de la cuenca del Donets.
Y como ya se dijo, esa moderación de los objetivos militares rusos en Ucrania se debe a la gran cantidad de pérdidas materiales y humanas que los invasores han tenido; muchos medios especializados en actividades militares, calculan que los rusos han perdido una gran cantidad de soldados de primera línea, así como innumerables carros de combate y aviones y hasta algún barco grande de su flota del Mar Negro.
Por eso es que en esta segunda etapa de la invasión a Ucrania es que los rusos se han visto obligados a moderar sus objetivos y de la misma manera a usar tropas mercenarias, a quienes no les importa ni su vida ni la de nadie más y por lo mismo son más propensos a cometer toda clase de crímenes de guerra, y a apoyarse en los combatientes separatistas del Donbás.
Para concluir les comento un par de lecciones que deja esta última campaña rusa:
En primer lugar, que en el mundo moderno las invasiones a gran escala a otros países ya no son un negocio redituable, ya que los obstáculos a enfrentar son muchos e incluso victorias militares espectaculares como las estadounidenses se ven opacadas por el desgaste que la ocupación posterior implica y que, a la larga, obliga al invasor a retirarse derrotado.
Y en segundo lugar que la época de oro de armas que fueron muy importantes a lo largo del siglo pasado como el tanque, el helicóptero o incluso los aviones que operan a baja altura, ya pasó y esto se debe a que son fácilmente impactados por lanza proyectiles portátiles y el costo económico de estos últimos es infinitamente menor al de sus objetivos.
felfebas@gmail.com
Twitter: @FelipeFBasilio