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    Rafael Arias Hernández

    Mutatis mutandis

    Ni modo, hay que insistir en el tema. Importante asegurar y sostener, que, en la actualidad, se dé la debida atención a los temas centrales del presente y futuro de la población.
    ¿Qué se puede esperar, cuando se insiste y repite el error?
    Hoy por hoy, no hay duda, que los temas económicos, pueden ser tan urgentes, como importantes. Más aún, cuando se padecen crisis que trascienden fronteras y la inflación debe entenderse, además, como empobrecimiento creciente, debilitamiento de las finanzas públicas, así como justificación y promoción de la inconformidad, la resistencia y la desobediencia civil.
    Así, que no es solo crecimiento de precios y perdida de capacidad de compra; no es solo variación de mayor porcentaje de aumento de costo y valor. También es empobrecimiento de muchos y enriquecimiento de unos cuantos. Es aumento de desigualdades e incapacidades. Lo que no se debe olvidar es que, se comete el error, lo demás son consecuencias.
    En estricto sentido, la inflación es simplemente la exhibición de los alcances y limitaciones de la Economía; es la comprobación de los importantes desajustes y contradicciones de la oferta, demanda y funcionamiento del mercado; y, desde luego, muestra también, las fortalezas y debilidades empresariales, así como exhibe estructuras y funciones, de los diversos tipos y ámbitos de gobierno.
    Y ahí están demasiados, que siguen entretenidos en distracción y simulación oficiales. Repitiendo el discurso gubernamental de siempre, lleno de justificaciones y pretextos, de buenas intenciones y mensajes esperanzadores. Pocos se salvan, en pocas ocasiones. En general, hechos, resultados y consecuencias, prueban y comprueban aciertos y errores, pérdidas y beneficios, oportunidades y desventajas. Y como los padecen millones y millones de seres humanos.
    A fin de cuentas, unos y otros hechos y resultados, hablan por sí solos y ponen en su lugar, buenos y malos resultados, peores y “piores” gobiernos; y también, ponen frente al espejo, tanto a ciudadanos y sociedad en general, como a organizaciones civiles y empresariales. Su pasividad y conformismo sobresalen y permiten o facilitan abusos y atrocidades.
    ¿Qué hacer, frente a una realidad, que día a día muestra el tamaño del daño de las malas o peores decisiones gubernamentales, o de su falta de acción eficiente y oportuna, o de su exceso de distracción y simulación? ¿Qué hacer para identificar y respaldar, el buen trabajo con sus pocos y costos aciertos y logros?
    Los resultados ahí están, la información disponible permite, cuando menos, entender el tamaño y complejidad de la problemática actual.
    Luego entonces, si no se hace, bien y a tiempo, lo que se debe hacer, ¿porque abundan las declaraciones sin respaldo, sin diagnostico actualizado y sin sustento en los resultados comprobables? ¿Por qué se insiste en la provocación y polarización, en la distracción y el escapismo?
    INDISPENSABLE GOBERNAR A LOS GOBIERNOS.
    El problema no se resuelve, sigue ahí y lo que es peor, crece y se complica, causando más y más limitaciones y sacrificios a innumerables seres humanos. Tan grave, que se transmite de generación en generación.
    Si la Economía no se entiende mejor ni se atiende bien, es más difícil obtener buenos y alentadores resultados. Desigualdad y sacrificio prevalecen, perjudicando a muchos y favoreciendo a pocos.
    La verdad comprobable, es que no hay planificación, ni mayor interés en la previsión; tampoco hay capacidad efectiva y sostenida, de reacción y contención a los efectos y daños causados. Faltan iniciativa, organización y movilización de las potencialidades institucionales y gubernamentales disponibles y posibles. Pero lo que más sobresale es la falta de evaluación y participación ciudadana y social. ¿Qué se hace bien, mal o peor?
    Por lo pronto, ya se sabe que no hay plan o programa integral de gobierno, para atender la Economía, solo un paquetito de buenas intenciones y declaraciones oficiales, para controlar voluntariamente algunos productos, de la llamada canasta básica. El resto de los ámbitos de gobierno brillan por su ausencia e indiferencia. ¿Qué hacen al respecto, Gobiernos municipales y estatales?
    Así pues, simple y sencillamente debe reconocerse que vamos de mal en peor, porque no se atienden, bien y a tiempo, las necesidades y los problemas sociales. Grave decidir desde ignorancia e incapacidad, desde lo que no se sabe y conoce, se ignora o mal entiende.
    El colmo es que poco o nada se hace, aunque oficialmente se reconoce la magnitud y efectos de graves problemas, como el de la inflación, que incrementa restricciones, inmolaciones y desigualdades sociales. Afectando a todos.
    El INPC (índice nacional de precios al consumidor) se ubica, alrededor del 8 %. Pero este promedio general solo es un referente, la verdadera inflación es mayor, y afecta más a los que menos tienen y ganan.
    Oportuno insistir, que es indispensable evaluar trabajo y resultados, permanencia y desempeño de todo servidor público. Imprescindible distinguir unos de otros; preciso saber separar buenos de malos, y regulares de peores.
    El problema es que, tanto ciudadanía como sociedad en general, no le damos la importancia que merece y tiene este simple hecho de evaluar a quienes gobiernan, para identificar diferencias. Identificación que, además, permite detectar, señalar y reconocer responsabilidad y eficiencia, para apoyar y fortalecer el trabajo bien hecho.
    En todo caso, vale la pena repetir e insistir, que debemos aprender y saber diferenciar aciertos y errores, logros y retrocesos, avances y pendientes.
    ¿Por qué la Economía no se entiende bien y a tiempo? ¿Dónde están los gobiernos de buenos resultados, probados y comprobados? ¿Y qué de las políticas económicas, financieras y fiscales, que la complicada realidad exige? ¿Cuál reacción oportuna y previsión efectiva?
    Ante su evidencia y contundencia, la inflación sigue y fomenta múltiples crisis económicas. Exhibe y profundiza ineptitud y corrupción de los gobiernos parasitarios y simuladores, que hacen como que hacen, sin asumir oportuna y plenamente sus obligaciones y responsabilidades. ¿Hasta cuándo aplicar de inmediato la revocación, a los malos y peores gobernantes?
    Mientras, crecen pobreza e inseguridad, desempleo e informalidad. Con inflación, las mayorías siguen condenadas a mayores limitaciones y sacrificios.
    -Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH