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    Sergio González Levet

    Sin tacto

    Ayer hablaba de que el país está partido en dos, perramente a lo maniqueo, como un fruto importuno de la estrategia de confrontación que utiliza el presidente López Obrador a manera de gobernar y controlar.
    ​Ésa es la razón por la que los grandes problemas nacionales dejan de ser tema de la conversación cotidiana -como debiera ser- y nos perdemos en disputas bizantinas, en pleitos de barriada o de lavadero, en enojos improductivos que nos llevan a olvidar lo importante para ocuparnos de lo inmediato, que viene siendo ganar las inútiles discusiones en las que estamos enfrascados a toda hora del día, empezando muy temprano con el acicate de las mañaneras de AMLO.
    ​Puedo dar un ejemplo revelador de cómo ese clima de enfrentamiento, que los mexicanos padecemos como una pandemia universal, nos conduce a perder el tiempo y la razón en minucias, mientras los grandes temas nacionales descansan el sueño de los justos, adormecidos por la incapacidad del actual grupo gobernante.
    ​Ahí va: ¿recuerda usted que una de las promesas de campaña y del inicio del sexenio obradorista fue que la administración federal se descentralizaría hacia los estados?
    ​Sí, la Secretaría de Educación se iría a Puebla, la de Cultura a Chetumal -que iba a estar en el edificio del Museo del Mestizaje, en el Boulevard de la Bahía, que empezó a construir el gobernador Roberto Borge (2010-2016), que inauguró sin estar concluido al estilo AMLO y que sigue abandonado hasta la fecha-, la de Seguridad Ciudadana a Acapulco, la del Medio Ambiente a Mérida, la de Energía a Villahermosa, Pemex a Ciudad del Carmen, la CFE de Bartlett a Tuxtla Gutiérrez, la Comisión Nacional del Agua al Puerto de Veracruz.
    ​Y más: la Secretaría de Desarrollo Social a Oaxaca, la de la Función Pública a Querétaro, la del Trabajo a León, el IMSS a Morelia, el ISSSTE a Colima, la Sedatu a Pachuca, Segalmex a Zacatecas (para que no encontraran tan fácilmente a su ex titular Nacho Ovalle y los miles de millones que no aparecen de su ejercicio), el Infonavit a Toluca.
    ​O también Banobras a Cuernavaca, La Conade a Aguascalientes, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a San Luis Potosí, la de Economía a Monterrey, Nafin a Torreón, la Secretaria de Agricultura a Ciudad Obregón, Conafor a Durango, Conacyt a La Paz, Aduanas a Nuevo Laredo, Migración a Tijuana.
    ​La única dependencia federal que sí se descentralizó fue la Secretaría de Cultura, que tiene su asiento en Tlaxcala.
    ​De esa manera, mientras se pelan los amigos y adversarios de Andrés Manuel por fruslerías, los ciudadanos dejan de recordar esa promesa que, como tantas otras, no ha cumplido el Presidente, que llegó a puesto por tantas que hizo, y le creyeron 30 millones.
    ​Mentir, robar, traicionar al pueblo.

    sglevet@gmail.com