Ignacio Alvarez
Pluma Negra
Por fin terminó el Carnaval de Veracruz con más pena que gloria. Los resultados satisfacen a muy pocos, aunque los boletines oficiales del Comité de Organización ofrecen cifras alegres, la realidad se reduce a un fracaso con una larga lista de irregularidades y abusos por todos lados.
La organización a cargo de Antonio alías El Pollo Pérez, no fue la mejor, técnicamente su tiempo terminó en ese tipo de eventos, dependerá de la autoridad su vigencia o declinación, pero la Edición 98 del Carnaval de Veracruz fue una de las peores; una Reina metida con calzador y que fue superada por una Princesa, eso no se había visto jamás.
Inspectores de la Dirección de Comercio vueltos unas fieras en contra de un humilde vendedor de manzanas que pagó caro su intento por ganarse unos pesos con la venta de su producto, perdió una oreja a merced de los dientes de los inspectores del Ayuntamiento de Veracruz.
Un Princeso que en pleno Carnaval fue denunciado ante la Fiscalía General del Estado por los delitos de violencia de género y de infidelidad de mala, por lo que fue dado de baja de los eventos de la fiesta.
Policías que nadie explicó su dependencia, que rociaron de gas lacrimógeno a algunos reporteros y espectadores de los desfiles que nada debían ni temían.
El dolor de cabeza de los empresarios de las gradas que ante el fracaso de los desfiles, hicieron de las suyas al aumentar los precios y cobrar el día lunes que tradicionalmente es gratis.
La proliferación de influencers llenos de insolencia que acudieron a cambio de dinero y con cuerpos de seguridad que impedían el saludo de sus admiradores. La que de plano se dejó ver como vino al mundo fue una tal Luna Bella, que no por su actividad como modelo porno, no tuvo empacho en despojarse de us ropas y mostrar los pechos durante todo el desfile.
Los espectáculos reales se redujeron a los conciertos masivos en el Paseo del Malecón, de ahí en fuera, la desorganización del Carnaval se tradujo en malas experiencias para muchos.