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    Mar de León
    Minuto

    El día martes pasado 19 de julio en plena hora pico (3:30pm) chocaron dos coches en la calle Zaragoza a la altura del parque Juárez. Por fortuna no hubo heridos y fue un accidente menor.


    Una servidora hizo la parada al autobús urbano que va hacia Caxa y el percance fue una cuadra después. Al parecer iba a tardar en fluir el tráfico por lo que el chofer decidió apagar la unidad.
    —Si quieres caminamos unas cuadras o me dices cuando te aburras de esperar.— Le sugirió un pasajero a su esposa.
    —Hay que pedir que nos devuelvan el pasaje.— Comentó otro usuario a su acompañante a modo de broma.
    Cuestión que despertó en mí una curiosa duda de qué pasaría si alguien en esa situación y que se acababa de subir una cuadra antes abogara por su justicia y le pidiera de vuelta el dinero de su pasaje al conductor.
    Por lo que hice el experimento, me acerqué a éste y muy calmada le expliqué mi inquietud.
    —No puedo devolver pasajes. —rebuznó de manera cortante y muy prepotente el conductor. Me bajé del transporte sin decir nada y avisé lo ocurrido al oficial de tránsito que atendía el accidente a unos metros del camión.
    El oficial me apoyó muy cortésmente (hasta donde un oficial de tránsito sabe ser cortés) y después de varios intentos de dialogar con el inhumano trabajador logramos que accediera a devolver mi tarifa finalmente.
    Increíble el número de excusas que surgen cuando uno no sabe cómo manejar una situación en su trabajo.
    margl84@gmail.com