Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel
No, pos sí, no hay que jugar con fuego. Bob Dylan canta: “Corazón mío, no hables/ puedes jugar con fuego, pero te quemarás”. Aunque Oscar Wilde escribe que la única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse. Chamuscado o no, por decir lo mínimo, no hay que olvidar lo frágiles que somos y no tropecemos dos veces con la misma piedra. Eso sería lo mejor, pero no entendemos. A propósito de las “lecciones” que supuestamente hemos aprendido de la Covid-19, el director del programa de emergencias de la OMS, Michel Ryan, expresó que “parece que nunca jamás aprenderemos la lección: que tenemos que prepararnos mejor”. Y agregó que cada vez que ocurre una epidemia o una pandemia, todos hablamos de estar preparados, pero “se nos va a olvidar”. “Es como si reimagináramos nuestros recuerdos para reducir el impacto del sufrimiento que nos ha costado la emergencia, y no nos vamos a dar cuenta de que la solución para la próxima vez está en las cosas sencillas”. He ahí el detalle, Chato. Perece que seguimos como si nada hubiera pasado. No es para ponernos pesimistas ni tristes, es para estar alertas y que continuemos, sencillamente, la vida. ¿Cuál es la acción clave para lograrlo? Ahí se las dejo de tarea.
Mientras, en lo que anduve desenmarañándome el cerebro durante unos parcos días de descanso para aguantar, posteriormente, el discurso y decurso del tiempo hecho añicos por la tragazón de poder en todos los ámbitos –sí, le bajo a mi perorata-, me topo con que médicos cubanos ya llegaron a México, específicamente a Nayarit, a quienes se les proporcionará vivienda y alimentación (incluyendo paga de quién sabe cuánto) en los municipios (¿alejados?) donde ofrecerán sus servicios. ¡Vientos huracanados! Bien, se trata de ayuda… ¿mutua? ¿Qué hay detrás de esto, puesto que hay médicos mexicanos capaces y de buena voluntad? Va también de tarea.
Se acuerdan de aquel sketch de Héctor Suárez, cuando personifica a Fidel Castro y reunidos con Mao y camaradas, expresó: “Yo quiero decirle a mi amado Mao que Fidel ama a Mao, Cuba entera ama a Mao, y aquel que no ama a Mao, no es cubano…” Mejor me quedo callao, porque quien juega con fuego…
Los días y los temas
Cuando, en entrevista, se le preguntó al escritor Juan Pablo Villalobos: “¿Por qué dices que los mexicanos siempre vivimos indignados?”, contestó: “Porque tenemos motivos. La cuestión es qué haces con la indignación. ¿Qué te mueve? Y me preocupa mucho. La indignación se está transformando en los últimos años en discursos apocalípticos como: ‘todo ya se fue a la chingada’, ‘nada va a cambiar en el país’, ‘todo va a ser como siempre’, todo eso, políticamente te lleva a la desactivación. Mucha de la literatura que nace de la indignación es muy pesimista y el mensaje es que no hay nada qué hacer y es carta libre para que todos los que hacen esas mierdas en el mundo sigan haciéndolas impunemente. Yo creo que sí hay algo que hacer y exigir responsabilidades a quien sea responsable. Pero a veces tengo la sensación de que ya no entiendo el país y por eso luego me da como pudor opinar.”
Quien tenga oídos…
De cinismo y anexas
¡Qué bien! Una sociedad alejada de la hipocresía, y cerquita del buen humor, del amor a la vida que, finalmente, es todo lo que es la vida, es decir que incluye todo, sin ambages, sólo aguardar los tiempos y los lugares precisos pa’ no ofender y respetar al prójimo. Lo comento porque me carcajeé al enterarme de que hace unos días, en el municipio de Misantla, la señora Catarina Orduña, antes de morir pidió a sus familiares que en su tumba le erigieran un monumento monumental. Su deseo fue cumplido y ahí ves el pene enorme, para recordar el carácter alegre y picoso de la señora Catarina. ¡Picardía mexicana! Lo que se nos está perdiendo ante tanta solemnidad simulada y nimiedades sobrevaloradas.
Mis fans, les comparto el poema “Siegmund Freud”, de Nicanor Parra; un poco largo, pero sabroso, chico… Vale la pena –peeena- leerlo completo.
“Pájaro con las plumas en la boca
Ya no se puede más con el psiquiatra:
Todo lo relaciona con el sexo.
En las obras de Freud es donde vienen
Las afirmaciones más peregrinas.
Según este señor
Los objetos de forma triangular
-Plumas fuente, pistolas, arcabuces
Lápices, cañerías, guaripolas-
Representan el sexo masculino;
Los objetos de forma circular
Representan el sexo femenino.
Pero el psiquiatra va más adelante:
No solamente conos y cilindros
Casi todos los cuerpos geométricos
Son para él instrumentos sexuales
A saber las pirámides de Egipto.
Pero la cosa no termina ahí
Nuestro héroe va mucho más lejos:
Donde nosotros vemos artefactos
Vemos, digamos, lámparas o mesas
El psiquiatra ve penes y vaginas.
Analicemos un caso concreto:
Un neurópata va por una calle
De repente da vuelta la cabeza
Porque algo le llama la atención
-Un abedul, un pantalón a rayas
Un objeto que pasa por el aire-
En la nomenclatura del psiquiatra
Eso quiere decir
Que la vida sexual de su cliente
Anda como las reverendas huifas.
Vemos un automóvil
Un automóvil es un símbolo fálico
Vemos un edificio en construcción
Un edificio es un símbolo fálico
Nos invitan a andar en bicicleta
La bicicleta es un símbolo fálico
Vamos a rematar al cementerio
El cementerio es un símbolo fálico
Vemos un mausoleo
Un mausoleo es un símbolo fálico
Vemos un dios clavado en una cruz
Un crucifijo es un símbolo fálico
Nos compramos un mapa de Argentina
Para estudiar el problema de límites
Toda Argentina es un símbolo fálico
Nos invitan a China Popular
Mao Tse-Tung es un símbolo fálico.
Para normalizar la situación
Hay que dormir una noche en Moscú
El pasaporte es un símbolo fálico
La Plaza Roja es un símbolo fálico.
El avión echa fuego por la boca.
Nos comemos un pan con mantequilla
La mantequilla es un símbolo fálico.
Descansamos un rato en un jardín
La mariposa es un símbolo fálico
El telescopio es un símbolo fálico
La mamadera es un símbolo fálico.
En capítulo aparte
Vienen las alusiones a la vulva.
Vamos a silenciarlas por decoro
Cuando no la comparan con un búho
Que representa la sabiduría
La comparan con sapos o con ranas.
En el aeropuerto de Pekín
Hace un calor de los diez mil demonios
Nos esperan con flores y refrescos.
Desde que tengo uso de razón
No había visto flores tan hermosas.
Desde que el mundo es mundo
No había visto gente tan amable
Desde que los planetas son planetas
No había visto gente tan alegre.
Desde que fui lanzado
Fuera del paraíso terrenal.
Pero volvamos a nuestro poema.
Aunque parezca raro
El psiquiatra tenía la razón
En el momento de pasar un túnel
El artista comienza a delirar.
Para empezar lo llevan a una fábrica
Es ahí donde empieza la locura.
Síntoma principal:
Todo lo relaciona con el acto
Ya no distingue la luna del sol
Todo lo relaciona con el acto
Los pistones son órganos sexuales
Los cilindros son órganos sexuales
Las tornamesas órganos sexuales
Las manivelas órganos sexuales
Los altos hornos órganos sexuales
Tuercas y pernos órganos sexuales
Locomotoras órganos sexuales
Embarcaciones órganos sexuales.
El laberinto no tiene salida.
El Occidente es una gran pirámide
Que termina y empieza en un psiquiatra:
La pirámide está por derrumbarse.”
Ahí se ven.