Omar Zúñiga
De Primera Mano Tajín
El martes pasado se registró un llamado de alerta en Veracruz. La zona centro del Pueblo Mágico de Orizaba se encontraba “bajo fuego”, fueron las primeras versiones que se conocieron.
Efectivamente, se dio un enfrentamiento, un intercambio de disparos con armas de alto poder, entre un grupo de civiles con la policía. El evento fue creciendo y la que es la mejor policía municipal del estado, fue rápidamente superada (o al menos eso dijeron) y se incorporaron Seguridad Pública del Estado, Ejército y Guardia Nacional.
Luego de dos horas de intercambio de balazos, el saldo fue un malandro abatido, y dos detenidos.
Sin embargo el asunto está por demás extraño, por llamarle de alguna manera, a saber:
En primera instancia, este evento se suscita en el municipio del alcalde mejor evaluado de Veracruz, en el mejor municipio, Juan Manuel Diez Francos en Orizaba, que además es un funcionario emanado de un partido político diferente al que pertenece el Ejecutivo estatal.
Orizaba ha provocado la admiración de propios y extraños por su limpieza, desarrollo, orden y seguridad, que le ha valido convertirse en un destino turístico de suma importancia y con simpatía de inversionistas para asentar ahí su dinero, lo que no ocurre en casi ningún punto de la geografía estatal.
Por otro lado, dos sicarios que deponen las armas, pidiendo entregarse a ¡las autoridades estatales!; nunca en mi vida en Veracruz, fui testigo de una situación de este tipo y sí, me causó suma extrañeza, pues además sostienen un diálogo con dos oficiales, uno de Fuerza Civil y otro de SSP, para entregarse, con la promesa de que “no van a ser golpeados” (¡¡WTF!!).
Casi de manera simultánea, el gobernador Cuitláhuac García en una de las peores estrategias de comunicación que he visto, aparece en los pasillos de Palacio de Gobierno en Xalapa, flanqueado únicamente por su secretario de Gobierno, dando una entrevista “banquetera” a los micrófonos de la televisora estatal, tratando de (entender) explicar la situación en Orizaba, manoteando, visiblemente nervioso, en lugar de salir en una conferencia de prensa formal, rodeado de su Gabinete de Seguridad, con toda la fuerza del estado, para explicar la situación y dar certidumbre a la población, el efecto fue todo lo contrario.
En palabras de la maestra Cristina Ortega, especialista en semiótica, “el lenguaje verbal (de Cuitláhuac), se concentra en el movimiento de manos, y sólo es apoyo a las «muletillas» verbales, que van acompañados de vocales largas, se adorna de una mirada vaga, síntoma de tratar de recordar el discurso que debe decir para medios.”
“Su acompañante (Eric Cisneros) es «el florero» que todo gobernante acompaña en este gobierno. Una pena lo que sucede. Nadie se fija que los municipios más pacíficos en México es Mérida y Saltillo. El primero gobernado por el PAN, y el segundo por el PRI. Poco a poco la violencia llegará hasta el último rincón. Le llaman «regeneración».”
Por último, pero no por eso menos destacable, es que en ese mismo momento, ya tenían “identificado” a uno de los “transgresores”, caramba, ni el Cisen en sus mejores momentos, cuando se supone se trataba de un enfrentamiento fortuito (“topón”, en la jerga policial) y no resultado de labores de inteligencia.
Si hay interpretación de estos hechos, se lo dejamos a su criterio, estimad@ lect@r.
A mediados de julio pasado, el día 13, en medio de la melé ocasionada por el relevo de Delfina Gómez en la Secretaría de Educación Pública, se dio un nombramiento de especial relevancia en la estructura de la educación pública, que no mereció más que un par de líneas en el comunicado oficial 165 de la SEP, me refiero a la designación de Ramón Jiménez López como nuevo director general del Tecnológico Nacional de México, es decir la institución de educación superior tecnológica más importante a nivel nacional, no es poca cosa.
Este asunto es de especial relevancia, pues además de que Ramón ha sido cuestionado por ser presidente del Comité Mexicano de Estudios del Kimilsunimo (en referencia a Kim Jong Il, dictador de Corea del Norte), es un personaje relacionado directamente con la corcholata Claudia Sheinbaum.
Y este asunto viene a cuento porque precisamente hoy, Ramón Jiménez estará en el Tecnológico de Veracruz a las 11:00 horas.
Nada tendría de raro, sino es porque lo señalan como operador electoral de Claudia, para forlalecer estructura y hacer los amarres necesarios, no sólo en Veracruz, sino en todos los estados, de cara al 2024.
¿Qué pensarán Adán Augusto López y su carnal Marcelo?
Pareciera peccata minuta, pero no lo es… resulta que al gobierno de Nayarit encabezado por el morenista Miguel Ángel Navarro Quintero, se le hizo ¿chistoso? colgar una bandera de México sin los colores patrios: verde, blanco y rojo, sino que le pusieron los colores guinda del partido Morena, y para chingarla de acabar, lo hicieron durante la conmemoración del sacrificio (así lo dice la Ley, por eso la bandera nacional se iza a media asta) de los Niños Héroes de Chapultepec, en lo que sería en Tepic, el equivalente al altar a la patria.
Es indignante, por decir lo menos que atropellen así a la Bandera Nacional. Sin ser más papistas que el Papa, hay que recordar que Vicente Fox fue prácticamente crucificado por la tristemente célebre águila mocha del Escudo Nacional.
A mi me parece que no es cosa para soslayar y la Secretaría de Gobernación (como ente responsable) debe imponer y hacer públicas las sanciones aplicables que según el Artículo 56 Quintus de la Ley General de los Símbolos Patrios, se hace acreedor a una multa de hasta diez mil veces el valor vigente de la UMA (Unidad de Medida y Actualización), que será acumulable en igual cantidad por cada día que persista la infracción, además de arresto por 36 horas, a quien, según el Artículo 56 “altere o modifique las características de la Bandera Nacional, establecidas en el artículo 3º” de la misma, que dice: “La Bandera Nacional consiste en un rectángulo dividido en tres franjas verticales de medidas idénticas , con los colores en el siguiente orden a partir del asta: verde, blanco y rojo (…)”.
Ni el más conservador de los conservadores como Juan Nepomuceno Alponte, o el más traidor de los traidores como Victoriano Huerta, se atrevió a tanto.
¿O se trata del principio de algo más aberrante?, es pregunta…, la respuesta sólo puede ser la sanción ejemplar.
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com