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    Omar Zúñiga

    De Primera Mano

    Este fin de semana patrio se realizó un nuevo “incidente” a manos de un junior en Veracruz.
    Con este, sumarían tres eventos de especial importancia –mediática al menos-, pues todos los días lamentablemente hay eventos de esta naturaleza en la geografía veracruzana.
    El primero en Xalapa a finales de los años 90, con la tristemente célebre banda de Los Porkys, integrada por jóvenes que actuaban al cobijo de familias pudientes y padres que eran funcionarios del gobierno de Miguel Alemán, que mataron a golpes al joven Manlio Humberto Palomeque afuera del salón de fiestas del Edificio Hakim. Los responsables, algunos siguen prófugos y otros beneficiados con sentencias reducidas y fuera de prisión.


    El segundo caso –en referencia al primero- fue conocido como Los Porkys de Costa de Oro, en el gobierno de Javier Duarte, donde unos jóvenes igualmente hijos de padres con poder adquisitivo y/o político, fueron acusados de violar a una joven que resultó menor de edad. El resultado –con muchos asegunes- fue el mismo, unos prófugos, otros libres, aunque se supone que el directamente responsable sigue purgando su sentencia, insisto, con muchos asegunes, pues conocí el caso De Primera Mano.
    El tercero, fue el de este fin de semana, el patrio, donde se supone que todo mundo en nuestro país debería festejar, aquí sí aplicaría el “abrazos no madrazos”, donde un joven, hijo de un poderoso empresario arrocero de Orizaba, golpeó al hijo de un abogado (quítele los nombres para no influir en su ánimo) en un antro, después de estarlo atosigando previamente en una fiesta.
    Según testigos, el agresor llegó a “descontar” al otro muchacho, a quien noqueó y así, en indefensión, lo siguió golpeando inerte, en el piso, como quien golpea un saco.
    El resultado, los gorilas del antro botaron al muchacho –que llegó solo – inconsciente sobre la banqueta y ahí lo hubieran abandonado, de no ser porque en ese momento llegó uno de los acompañantes del joven golpeado y pudieron llevarlo a un hospital, el resto ya ha sido publicado en diversos medios.
    Lo relevante es que el joven agredido tuvo que ser sometido a una cirugía en la que los médicos debieron poner una placa de titanio en la cara, dada la gravedad de la fractura que comprometía el ojo; no fue pues, solamente unos madrazos y ya, como han querido hacer creer algunas personas, fue una agresión directa con todas las agravantes, pues además el joven –que cuenta apenas 20 años de edad- es diestro en artes marciales, sabe hacer daño pues, además que en sus redes publica sin mesura, fotografías con “uniforme de campaña”, posando con animales muertos, recién cazados.
    Hubo denuncia de por medio y luego de conocerse, ayer trascendió que los padres del agresor, Pedro Schettino y Lizette Rodríguez, ya habrían sacado del país –a España para variar- a quien ya es conocido como el Porky de Orizaba, para tratar de evadir la acción de la justicia, versión que de ser confirmada por las autoridades ministeriales, podrían correr la misma suerte que los padres de Marlon Botas, imputado por el homicidio de Monse, acá mismo, en Veracruz, que fueron a parar a una fría celda por el delito de encubrimiento.
    Mal harían esos padres en no dejar que su hijo crezca, madure y se haga responsable de sus actos, pues se corre el riesgo real de criar a un sociópata.
    Esperemos pues, que por un lado se castigue al responsable, y por el otro que no haya consecuencias graves.


    La magistrada Concepción Flores Saviaga, que hace poco fue literalmente desalojada de su oficina en el Tribunal Superior de Justicia, cual vil desahucio, ha emprendido desde hace un buen rato, una campaña que ha sido interpretada en contra del TSJ, nada más equivocado…
    A manera de contexto, a Flores Saviaga la “dieron de baja”, al haber cumplido 70 años de edad, uno de lo supuestos en que los magistrados deben retirarse del servicio, sin embargo, explicó en reunión con el Grupo de los 10, que a ella no le pueden aplicar este supuesto, pues entró al TSJ con carácter de “inamovible”, a diferencia por ejemplo, de la magistrada presidenta Isabel Inés Romero Cruz, cuyo periodo es de 10 años, pero que gracias a la simpatía que tiene del gobernador Cuitláhuac García, el Congreso le dispensó la edad que cumplió en febrero y terminará su periodo al frente del Poder Judicial, es decir, de entrada, la ley que imparten los impartidores de justicia, es selectiva.
    Pero, explicó Flores Saviaga, que más allá de aferrarse al puesto, esta campaña, su lucha, es por la justicia, porque además es una lucha que lleva sola, ninguno de sus compañeros se han manifestado públicamente lo que en secreto le dicen.
    “Lucharé sola, pero el Estado de derecho no lo podemos soslayar. Se tiene que respetar; si nosotros los juristas no hacemos algo, ¿quién lo va a hacer? –se pregunta-”, y la respuesta parece ser el silencio.
    A ella no le incomoda, pues en su propia voz está “dispuesta a llegar hasta las instancias internacionales, porque tengo la razón. Los demás (magistrados) tienen miedo, pero yo les quiero decir a ustedes que yo fui hecha, como dice la Biblia, para esta guerra, porque quien no litiga contra el Estado, no tiene una estrategia y ellos, no la tienen”. Uuuffff.

    ¡Qué barbaridad!
    deprimera.mano2020@gmail.com